MEDIOMETRISMO: SURF EN LA COSTA CENTRAL CATALANA

Un relato gráfico y comentado sobre olas pequeñas, swells escasos y gente que hace del medio metro una forma de vida. Algunos, hasta lo convierten en una forma de expresión personal.

Y es que en realidad, si de lo que se trata es de disfrutar de la vida y el mar... ¿para qué necesitamos más tamaño?

jueves, 19 de noviembre de 2009

ALGO MUY MEDITERRANEO (Serrat, que te den...)

Pues sí, creo que la situación que sigue es muy propia del surfer de mar de ola escasa, como es este Mediterráneo nuestro. A saber:

- llevar un montón de días de plato
- que en ese tiempo entre apenas un baño lamentable que dura tres horas y que sólo sirve para quitar el mono un rato... y no te enteres o no puedas ir
- irse agobiando progresivamente pensando que a este paso se te olvidará cómo se hace eso del surf o ya ni podrás remar con el traje de invierno.
- tener un amigo que surfee en ............ (escriba sobre la línea de puntos la zona geográfica o localidad con olas en la que resida su amigo cabrón)
- que te mande esto que sigue, acompañado únicamente del siguiente texto: "pues por aquí seguimos sin olas. Como siga así estoy pensando en dejarlo. JUAS JUAS JUAS". En negrita y a tamaño grande, la letra, además.

A la mierda la intimidad, la protección de datos personales, la invulnerabilidad de los correos electrónicos y demás. Esto es un abuso a un pobre mediterráneo que no tiene la culpa de haber nacido aquí, y más teniendo un padre gallego, al que no sé qué **** le movió a mudarse. Bueno, sí lo sé, mi madre; pero podría haberse ido ella a Galicia, leche!

En fin, que tener buenos amigos no significa que esos amigos no sean unos cabronazos... :0)))))))))))))))))))))))

Aunque en realidad, bien mirado, ni va en tablón ni es una ola mediometrista, así que en realidad no me da ninguna envidia, pffffffffff.

El email me acaba de llegar. Con meros efectos comparativos, adjunto el estado actual de alguna de nuestras olas de referencia. Y no nos quejemos, que aún hay ligeras ondulaciones: si es que la culpa de no surfear es nuestra por medir más de 15 cm. de altura; esto a mi Playmobil del post anterior no le pasaría...


Y qué le voy a hacer si yo-o
nací en el Mediterráneo,
nací en el Mediterráneo...

Pues sí, qué bonito es esto de ser mediterráneo, que le den por saco de una vez a Joan Manel Serrat, hombre ya...

lunes, 16 de noviembre de 2009

OTRA DE SURF DE ANDAR POR CASA

Bueno, los que sigáis este blog y/o conozcáis mi manera de entender el surf sabréis que me da cierta urticaria esa manía que en otros lugares tienen de descalificar el interés que algunos mediterráneos podamos tener por la cultura o la parafernalia surf como un defecto producto de la obsesión causada por la falta de olas que nos impide surfear más a menudo.


O sea, que hacer surf y tener interés por el mundo y la parafernalia automovilística o musical -.por mentar algunas adicciones coleccionistas extendidas- resulta normal; pero hacer surf y tener interés en la iconografía surfística no lo es. Extraño...




No tengo muchas ganas de insistir otra vez en el tema, que luego me salen reflexiones de aquellas de cuatro páginas que no se lee nadie y tengo que buscar muchas fotos para dejar respirar las entradas y hacerlas amenas. Pero vamos, que es lo de siempre. Si los que nos gusta la parafernalia retro-cutre-surf fuéramos franceses, hasta nos podrían llevar a un museo. Pero como somos de aquí...


¿No me creen? Bueno, vean como prueba la portada del libro Surfing Visual Arts que adjunto –interesante catálogo de objetos retro y no retro relacionados con el surf, de autoría por cierto del Sr. Padre de Pandora Decoster, longbordeuse ella a la que hemos podido ver en diversos festivales en los últimos años y cuya peculiar remada mantis-style habrá podido observar cualquier asiduo a la Cote des Basques- el material del cual, el que aparece en el libro, digo, fue objeto de una gran exposición en Biarritz este último verano. Claro que el buen hombre, de nombre Roger, tiene mucho más material del que podremos tener nunca cualquier aficionadillo de por aquí...



¿Y a cuénto de qué viene todo esto?


Bueno, en fin, verán... Hay gente que va el domingo al kiosko a comprar El País, El Periódico, El Mundo, Público o el ABC (o hasta La Razón, que alguien habrá que lo compre si lo siguen editando) y salen cargados de tazas de los Beatles, películas de cine en formato cajita y con el director’s cut, colecciones de muñecas, dvds para niños, fascículos varios o revistas de coches, motos o baloncesto... y otros resulta que salimos con lo que ilustra estas fotos. Un fantástico Playmovil surfero... :0))))))))))))))) Eh, eh, sólo por unos modicos 1.95 euros...


Lo dicho, que menos mal que en casa ya me conocen. Por cierto, unas breves notas "técnicas":


- el diseñador del muñeco no ha hecho surf en su vida. Observen lo retrasado de la posición de los pies. Si aún fuera tablonero... O eso, o el diseñador es un neo-surfer catalán, que ese estilo de piernas rígidas y punta de la tabla apuntando al cielo se ve mucho por aquí.


- ¿por qué han elegido un diseño tan radical surfochentero para los colores? Si los Surf Punks lo hubieran conocido a tiempo, seguro que lo hubieran usado para una de sus fantásticamente horteras portadas de disco. ¡My beach! ¡My wave!



- ¿Soy un poco neuras o el muñeco tiene ciertos rasgos hawaiianos y se parece a Sunny Garcia con pelucón?


Qué duro es dormir poco y mal, luego salen este tipo de posts... Y eso que el sábado hubo mini-baño, que si no aún hubiera sido peor.

jueves, 12 de noviembre de 2009

VUELVE EL HOMBRE







Con Jose, conocido surfer de la costa sur de Barcelona, inicié hace ya un tiempo este blog (no busquen el post, que ya no está, que había algunas frases bien intencionadas pero potencialmente equívocas para quien no sepa leer dobles sentidos y fue por ello eliminado, asumo mi culpa) , así que haber recibido estas magníficas fotos convierte éste en un buen momento para traerle de vuelta.

Tal y como lo ven, cualquiera diría que es un local agresivo devorador de haoles, como los que curraban -merecidamente- a un imberbe y cretino Keanu Reeves en las duchas en una escena de Point Break (aquí Le llaman Bodhi); pues no, es un cacho de pan que en el agua se lleva bien con todo el mundo.

Las fotos son -una vez más- de Toni T, ese hombre que está siguiendo un proceso ya visto en varios fotógrafos de surf: alejarse progresivamente del agua para acercarse a la arena (vamos, que se nos está volviendo un perraco de cojones para meterse en el agua si no está espectacular, soleado y calentito) y cuyo trabajo gráfico, que yo he visto desarrollarse desde las fases primerizas, ya va siendo merecedor de una página web, o al menos un blog, propios.



jueves, 22 de octubre de 2009

HERE LONGBOARDS ONLY

Aquí no somos menos que en "El gran miércoles". También tenemos nuestra pintada mítica, indeleble, inasequible al desaliento e inmune al hecho de que, de cada veinte surfers que se bañan delante de sus narices, 18 sean shortboarders. Ahí está, orgullosa, en el muro sobre el espigón de Port Ginesta, en Castelldefels, junto al canal de entrada. Desde hace por lo menos 10 años. O más. Y sin que nadie se atreva a borrarla, o a pintar encima, cuando el resto del muro está lleno de graffittis. Algo tiene que da respeto e impide su desaparición.

Here longboards only!



Desde luego, mucho más un deseo que una realidad y mucho más una broma que una muestra de localismo. Esto último lo afirmo porque sé quién la pintó. Algo que me sorprendió bastante cuando me enteré, por otro lado. Un tío serio, hoy respetado padre de familia, etc... etc... Pecadillos de juventud, imagino. Y, en todo caso, mejor dejarse influenciar por "The Big Wednesday" que por "Le llaman Bodhi", que de esos tuvimos unos cuantos también... La pintada me recuerda también cómo hemos cambiado. Cuando apareció sobre el muro, en esa playa entrábamos diez personas. Yo creo que aún iba con tabla corta y todo... Hoy diez personas entran ahí "a surfear" los días que está plato... mientras otras veinte se cambian en la arena a la espera de que el medio palmo crezca a palmo.



Por otro lado, lo dicho a menudo: ser local en esta costa es lo mismo que ser gilipollas. Con 150 personas -contadas en Barceloneta la semana pasada- en el agua en un pico... ¿qué vas a hacer, pegarte con todas? En general y salvo excepciones y actitudes muy concretas, el localismo exacerbado siempre me ha parecido una actitud bastante estúpida y cretina. Pero aquí además se convierte en algo absurdo, surrealista y totalmente falto de cualquier efectividad. ¿A cuanta gente vas a acojonar, a 20? Pues aún te quedaran 130 en la sesión... Aunque hay gente que no lo acaba de pillar. No puedo afirmar la veracidad de la historia, de la que no fui testigo directo, pero me contaron que ese mismo día un surfer de origen sudamericano le partió la cara a uno de aquí al grito de "¡yo llevo tres años aquí, esta playa es mía!".

Tres años, oiga. Al parecer no sirvió de mucho que el otro le dijera que había nacido aquí...




Por otro lado, sirva este ejemplo para los que me preguntan por qué no voy a surfear a la ciudad. Yo quiero disfrutar en la medida que pueda de los baños. Y discutir tras cada ola y verme obligado a reprimir las ganas de pasarle la quilla por encima a alguien no es mi concepto de disfrutar. Así que no voy y punto, que hay muchos otros sitios.

Acompaño con unas cuantas fotos del minitemporal de antes de ayer. Lo de siempre: que si profunda perturbación, que si borrascote con vientos de sur, que si seguro bañazo... para que nos salga la mierda de mar asqueroso desfasado de viento de siempre, que sólo dejó algo de sesión digna ayer por la tarde, un rato que salió el sol y paró el viento. Al menos estaba en el sitio indicado a la hora adecuada.


Si no surfeable, estuvo bonito de ver y permitió reflexionar sobre lo duro que es estar en fase de aprendizaje. Cuando llevas tiempo en esto ya no te metes en esos caldos en ebullición. Mucho tiene que apretar el mono. Pero los dos que lo hicieron en Port Ginesta mientras estaba por allá con las fotos lo pasaron bastante mal. El duro proceso de la novatada... Inmortalizaremos a uno aquí arriba, por el esfuerzo y la dedicación. Ya sabéis, clikad encima de las fotos para verlas mejor, que si no pierden mucho.

En fin, here longboards only, ya me gustaría. De momento me conformo con que hayan olas...

martes, 13 de octubre de 2009

BACK FROM THE WAVES II (Bonus track: REIR POR NO LLORAR)

Qué bonito es que, después de tres días de fiesta mirando un mar tan liso y plano como mi barriga hace 20 años, el mismo día en que vuelves a trabajar entre el rebote de la Tramuntana (un viento norte propio de la Costa Brava) y te llamen varios simpáticos amiguitos del turno de mañana (de esos que o no trabajan o trabajan por la tarde) para decirte que en determinados sitios hay olas glassy, tamaño hombro y con leve viento off-shore.

Qué bonito es saber que hasta las tres de la tarde no podrás acercarte, sabiendo como sabes que estos reflujos pueden durar apenas horas y que, aunque dure algo más, hay muchas posibilidades de que a esa hora haya entrado el viento térmico propio de la zona y lo haya estropeado todo.

Qué bonito es estar aquí, intentando currar, sabiendo esas cosas. Algún día aprenderé a aplicar el refran "ola que no has de surfear, déjala correr", pero de momento me sigue costando... Y es que no es lo mismo estar en casa y no ir porque no quieres, que no ir porque no puedes.



En fin, tocará consolarse con otra (después de la de los Donkeys) de aquellas canciones que uso para volver de las sesiones. Aunque no he fumado en mi vida, según veo en las películas debe hacer el mismo efecto del cigarrillo post-polvo; es decir, amplificar el placer del recuerdo de lo vivido inmediatamente anterior.

Últimamente me ha dado por repetir canciones en el cd de la furgoneta a la vuelta de los baños. No me pregunten por qué, no tengo una razón clara, pero me parece que así reproduzco y alargo el placer de la sesión.

Hoy adjunto una de un grupo del que muchos fundamentalistas indies abominan (sin razón alguna) por la millonada que vendieron gracias al inesperado éxito de "Mr. Jones" y por sus ligeros resabios de rock clásico. Ya se sabe que para muchos, cuando un grupo vende, es irremediablemente pasto de acusaciones de mediocre y comercial. No es el caso. Aunque no es ni de lejos mi grupo ni estilo favoritos, esta canción es una joya. Y llamar comerciales a alguien que saca un single de 7 minutos... Como este no es un blog de música, tampoco voy a entrar al detalle del grupo y sus miserias. Sólo digo que escuchar una y otra vez "Mrs. Potter 's lullaby" a la vuelta de una sesión me pone. A lo que ayuda esa fantástica primera estrofa, cuya letra tiene algo de sensación post-surf, con ese "nunca puedes escapar, sólo puedes moverte hacia el sur por la costa"... Yo aquí casi siempre surfeo "hacia el sur".

Well I woke in mid-afternoon cause that's when it all hurts the most
I dream I never know anyone at the party and I'm always the host

If dreams are like movies, then memories are films about ghosts

You can never escape, you can only move south down the coast



(foto: David Walton)

Acompaño una foto de una de las escasas sesiones que nos ha dejado este septiembre, a la vuelta de la cual escuché esta canción mientras giraba a izquierda y derecha por la long and winding road de las costas del Garraf. Más que nada para que no parezca que hay demasiada letra.

Y eso: que si, como dice la canción, si los sueños son como películas entonces los recuerdos son grabaciones de fantasmas, yo tengo la cabeza llena de olas fantasmagóricas...

miércoles, 7 de octubre de 2009

¿PARA QUÉ SEGUIRÁ HABIENDO OLAS...

... si ya se han ido los turistas?



Viñeta del Roto de hace muchos años. No la tengo datada, pero por lo menos 7 u 8. Mucho antes de que lo echaran de El País, cuando era una referencia del humor gráfico periodístico, aunque el 90% de las veces no había quien pillara ese humor. O quizá por eso.

Aunque dudo que el autor pensara en los surfistas al dibujarla, le salió muy adecuada. Al menos, sólo los practicantes de surf eran capaces de entender qué hacía esa viñeta enmarcada en el pasillo de mi antigua casa, Hoy la he encontrado, buscando otra cosa, y le volveré a preparar un hueco en la pared, porque cuando se acaba el verano y se van los turistas, quedamos nosotros.

lunes, 5 de octubre de 2009

SECRETSPOTTING CON LONG

Hay días en los que vale más la pena que otros levantarse de la cama y difundir las bondades y la palabra del Mediometrismo por esas playas del mundo; porque luego resulta que el Mediometrismo es agradecido y una mañana cualquiera, inesperadamente, va y te retribuye.

Sábado pasado por la mañana. El platazo habitual en todos los confines mediterráneos que abarcaba mi ojo y el de las múltiples cámaras que peinan el litoral barcelonés. Apenas un ligerísimo mar de fondo paralelo a la costa en el horizonte. Nada nuevo bajo el sol, por otro lado. Así que decido cargar a la familia y aprovechar al aire libre el magnífico día todavía estival que entraba por las ventanas.

De manera sorprendente, nos subimos a la furgoneta –donde siempre está preparado y en perfecto estado de revista el material de trabajo- en lugar de al coche de diario, que es el que utilizamos para actividades normales (y en el que, por otro lado, no me cabría el material de surf a menos que decidiera hacerme corchero).

Enfilamos para un lugar curioso, nada desconocido aunque poco usual y urbanizado, donde yo había ido a parar no hace mucho por cuestiones diferentes al surf y apreciado su potencial "paseístico". Allí nos pasamos alrededor de una horita en la playa, con el niño patinando, corriendo y subiendo a los columpios mientras yo miraba con deseo el escaso palmillo perfecto que se levantaba sobre la arena... y que ya era sorprendente para cómo estaba el resto de la costa.

Al rato, decidimos movernos para otro sitio y, al dirigirnos a buscar el camino de salida, al que se accede por lugar diferente al de llegada, al rodear una edificación me encuentro a lo lejos con la vista de cinco tios en el agua... ¡cogiendo olas!

Al parecer, según ví y me contaron, todo se debe a una acumulación de arena causada por la desembocadura de una riera; es creíble, porque las olas rompen sobre apenas medio metro de fondo. Pero da igual, con esas olas no va uno a caerse de cabeza, digo yo. Así que a aparcar precipitada y nerviosamente y adentro; y lo que era una anodina sesión matinal de entretenimiento familiar acabó como se ve en las fotos que ilustran la entrada, disfrutando con otra sesión, pero esta de surf, que son las que valen. Una horita, y porque había que irse a comer. Menos mal que llevábamos cámara, porque si no ni yo mismo me hubiera creído. Todo lo demás estaba plato.

Sé que resulta absurdo hablar de secret spots en el área metropolitana de Barcelona. No puede ser ningún secreto –de hecho me contaron que los días buenos se han contabilizado ahí 20 personas, que son las suficientes como para que no sea ningún secreto pero muy pocas para lo que es habitual por aquí- porque está en un àrea muy poblada y transitada, pero como la ubicación concreta es un tanto peculiar, bastante a trasmano y los escasos locales me atendieron muy amablemente, tampoco hace falta pregonar su ubicación a los cuatro vientos por internet. Al menos hasta que me asegure si, efectivamente, funciona habitualmente con tan poco mar y lo haya disfrutado lo suficiente... :0)


Por cierto, tablón only, no da para más. Como diría mi amigo malagueño Psikorski, "rodillero pero guapo". Riánse si gustan aquellos habitantes de tierras con olas al ver las imágenes y el tamaño de las presuntas olas, pero no saben Vdes. lo que alegra el día y se agradece encontrar algo así en el habitual plato mediterráneo.

Ah, y disculpen el abuso del uso de fotos personales. Los que seguían este foro anteriormente sabrán que tampoco se me iba la mano colgando fotos mías en el agua, pero en este caso son las únicas que tengo para ilustrar el lugar.

Y gracias, Mediometrismo, seguiré difundiendo tu voz, si a cambio he de recibir regalos de este tipo... Si puede ser más a menudo tampoco pasa nada, hombre...

viernes, 2 de octubre de 2009

¿PARA QUÉ SIRVE EN REALIDAD EL MEDIOMETRISMO?

Tengo la prueba gráfica. A partir de determinadas edades, un torpe giro a pie cambiado en una ola cinturera es la única manera de que te mire atentamente una chica guapa. Incluso llevando bañador encima del traje corto, esa moda tan incomprendida y que tan pocos somos capaces de lucir con dignidad. :0)


Foto: Clau

Ah, que estaba asegurándose de que no le daba con el tablón... Ya me parecía a mí...

martes, 29 de septiembre de 2009

CINCO O SEIS VECES MEDIOMETRISMO

Lo reconozco. Perdóname, Gran Kahuna, porque he pecado. A mí antes me gustaban las olas grandes. Y no sólo eso, sino que incluso disfrutaba de las orilleras generosas y cerronas, como aquellas de los veranos en Lacanau-Ocean, estampándome una y otra vez contra la arena por intentar surfear aquello con long, mientras algunos shortboarders nos miraban como si fuéramos un poco raros...


Andrea Ceruti: si hay que tirarse, se tira uno... (Fotógrafo desconocido)

Los caminos hasta encontrar la Gran Verdad del Medio Metro y la Iluminación del Glassy Estomacal -olas que llegan al estómago, entendámonos- se transitan por curvas, desvíos y trazos serpenteantes. Y se detienen en bastantes estaciones. Una de ellas, que creo que no olvidaremos los afortunados que pudimos estar allí, fue El Temporal. No hace falta decir más. Cualquiera que surfeara por aquella época sabe que ese calificativo se reserva para el día 11 del 11 del 2001, el día que el Mediterráneo de poco se nos lleva de verdad, y no como esas tormentitas que arramblan con tres cubitos de arena para desespero de actuales ayuntamientos megasostenibles y carreras para ver quien lo tiene más grande. El espigón.


Servidor de Vdes. en una de las pequeñas, a punto de que un sensual labio me besara la cabeza poco cariñosamente... (Foto: Marc Gassó)

Como imagino que habrá varios lectores de este blog que no las habrán visto (aunque algunas aparecieron en revistas de surf en unos años en que aún no se le prestaba al Medi -perdón, quiero decir al mercado del Medi- la atención que hoy se le otorga) creo que es un buen momento para recuperarlas. Surf casi vintage. Surf grande -hombre, no es Belharra pero recuerden que hablamos del Masnou, 15 km. al norte de Barcelona, no se me embalen-, surf que no ha vuelto desde entonces y algunos de los que hemos mejorado ligeramente nuestro nivel desde aquel día seguimos esperando que se repita. Sin éxito hasta el momento. La Tormenta Mediterránea Perfecta, como dijeron los meteorólogos de TV3.


Luca, con un par. Quién le ha visto y quién le ve (no hace ni dos semanas me decía "hace al menos un año que no surfeo una ola de verdad")... :0))). ( Fotografo desconocido).

La calidad de las imágenes deja mucho que desear. Aún no estaba popularizado el uso de las digitales, ni de las digitales de bolsillo. Pero creo que su valor histórico y documental justifica que reaparezcan aquí.


Surfer y fotógrafos desconocidos, pero seguro que al menos el primero se acuerda bien de la ola.

Y, sobre todo, lo justifica el que para poder llegar a disfrutar el mediometrismo hay que haberse hostiado alguna vez en algo parecido a eso. Así ya sabes lo que es y no lo echas necesariamente de menos. Aunque haya sesiones y tiempo para todo.

Aprovecho, años después, para agradecer a Luca Ceruti la quilla que me dejó aquel día; sin aquel cacho de plástico de 10" entre los estabilizadores no creo que hubiera acabado con éxito la sesión. Porque lo que era innegociable es que yo entraba con tablón... Fundamentalista que era uno.

Por la parte que me toca, después de que se me pasara el cabreo por haberme perdido al menos un metro de tamaño por llegar tarde -ya cerca de la una después de husmear infructuosamente por las impracticables playas del sur de Barcelona- surfeé siete olas, de las cuales acabé bien -para mi nivel de entonces- cuatro, dos bastante indignamente y una última -la que aparece más arriba en este post como una aparente entrada a tubo- me dió un viaje con el labio en la cabeza que me tuvo haciendo la lavadora 30 segundos.


Otra vez el que esto les escribe, al final de una y malinterprentando aquello de flexionar las rodillas como "dejando caer el culo". (Foto: Marc Gassó)

Lo que también me costará de olvidar es la sensación de opresión en el cuello -como si tuviera allí las partes bajas, mismamente- al acceder cada vez al pico desde el espigón del interior del puerto. Y es que no estamos acostumbrados a estas cosas. Eso sí, ese día, saturación poquita. Las fotos no hacen justicia. No sólo eran grandes, sino que tenían una fuerza impensable en olas de por aquí.

Bien, aunque ya apenas nadie se cree -para nuestra desgracia, a veces- aquello de que en el Mediterráneo no hay olas, sirva este recuerdo documental para que se sepa también que las hay grandes, aunque sea muy de vez en cuando.


Los hermanos Ceruti preguntándose uno al otro que **** hacían allí dentro. (Fotógrafo desconocido).

Y bueno, yo acabo con la confesión: sigo metiéndome en Ghetary cuando lo encuentro funcionando grandecito -sin pasarse- en mis viajes a Francia. Pero que conste que es sólo, exclusiva y únicamente para poder gozar más y comprender mejor el mediometrismo a la vuelta... :0).

viernes, 25 de septiembre de 2009

VAMOS VOLVIENDO...

Ahora que todo va volviendo poco a poco a la normalidad y parece que las olas quieren visitarnos con más frecuencia -aunque con la calidad mediocre de siempre- voy a ver si consigo darle a este blog una asiduidad más regular.

Mientras me pongo otra vez las pilas y se me ocurre de qué reflexionar en este reconcentrado mundo del sur contemporáneo, os dejo unas imágenes locales, que no hay que olvidar que este blog iba de surf en la costa central catalana. Que blogs que hablan de surf en general -y hasta "piensan" de surf- hay muchos y mejores, así que en este más vale actuar localmente para darle algún valor distintivo.

La primera foto, evidentemente photoshopeada por el autor -no hacía falta decirlo pero ya se sabe, igual aún habrá alguien que crea que a la playa del Prat llega el tren y que hace años que no arreglan la estación- corresponde a una wahine local de nombre... Oigan , se lo preguntan cuando la vean si quieren saberlo, sólo faltaría... Que este blog está sometido a la Ley de Protección de Datos Personales. Lo dicho, una no tan new girl in school cuya constancia y facilidad tablonera -y su 1,80, también- la harán pronto muy visible en los picos al sur de Barcelona. Hace un par de semanas nos acompañó a probar el stand up paddle y a las tres paladas ya estaba girando el artefacto pivotando sobre la cola y dejándonos a los demás en evidencia. Atentos a sus pantallas longboarderas femeninas en unos meses, si continua su progresión y dedicación.



La segunda es un tanto egocéntrica. Una bonita historia de una foto (aunque no de ésta, sino de la siguiente de la serie, hecha supongo que apenas un segundo después) que hoy adorna una pared de mi casa en formato gigante. Vale, igual hace pedante colgarse en casa fotos de uno mismo, pero es que esa la veo en poster en una tienda de longboard del surf de California y me la hubiera quedado lo mismo. Además, no se me ve la cara. Decidí ampliarla y enmarcarla por la tranquilidad que transmite, por la evidente esencia mediometrista que define y porque, cuando ya no pueda aguantarme los esfínteres y esté en una silla de ruedas -que lo estaré un día u otro, conozco mis rodillas- podré seguir mirándola y recordando por qué solía dejarlo todo siempre que podía para meterme en el agua. Ah, y podré probar que al menos al crosstepping llegaba, si me sale algún descendiente longboarder y contestatario... :0) Bueno, cualquiera que haga surf, sobre todo en tabla larga, ya me entenderá: vamos siempre en busca de instantes como ése. Soledad, pausa, un atardecer dorado y una olita post-veraniega sólo para tí. Seis meses tardé, gracias a Didac de Montjuich Surfboards, en enterarme de que alguien -Marc Durà- me había hecho esa foto y otros tantos en localizarle a él y que me la encontrara en su abarrotado disco duro. Así que merecía el lugar que hoy ocupa.



Y la tercera es de la semana pasada, de la primera sesión de la temporada y, al contrario que la anterior, desmitificadora. Esta claro que la antropometría es importante en el surf. O como se le llame a la constitución física particular de cada uno. Ya puedes ir relajado sobre el tablón, ya puedes ir suelto, que si has nacido con el culo salido y la espalda arqueada hacia adelante, la composición estética nunca va a dar aquella sensación de fluidez que dan otros longboarders (independientemente de su nivel, no tiene nada que ver). En fin, como todo, culpa de mi padre y de mi madre, que diría Sigmund Freud.

(Foto: David Walton)

Y si me quito la manía de levantar las manitas, tampoco pasaría nada.

lunes, 7 de septiembre de 2009

LIVING ON THE OTHER SIDE

Aunque a la revista Glide no le parezca bien –o al menos así constaba en un tristemente notorio artículo en que se acusaba de posers a los surfers mediterráneos por pasarse los veranos en lugares con olas, como si fueran “surfers de verdad”, pobrecitos ingenuos ellos- a mí me sigue apeteciendo utilizar las vacaciones para imaginarme como puede sentirse en el día a día alguien que tiene las olas en la puerta de su casa y a disposición continua.



Así que, sin irme demasiado lejos ni buscar excesiva aventura, que uno ya está demasiado bien acostumbrado para dormir según dónde, cargué a la familia en la furgoneta y nos pasamos 30 días al borde de diversas playas. De esos 30 días, surfeé 28. De los dos que no, uno me lo tomé de descanso y el otro me lo pasé mirando como Pepe Hevia, el organizador del Salinas Longboard Festival, intentaba que pareciera que el Mongol (en Gijón) guarro, gris y lluvioso era una opción vàlida para surfear el día. No me convenció, así que me dediqué a mirar... Por cierto, que ese día me sirvió para conocer la existencia del “humor astur”; pensaba que su único representante era Henry Felgueroso, pero saber que a esa conocida ola le llaman El Mongol por estar delante de un centro de tratamiento para discapacitados psíquicos hace suponer que la cosa viene de antiguo...



En fin, que una vez regresado de semejante festín de olas, me encuentro en el mismo páramo de siempre; anclado en un lugar lleno de gente desesperada en el que no entra una ola desde principios de julio. Tal y como suena: muchos surfers que no han podido salir de aquí en verano están empezando a colapsar las urgencias psiquiátricas de la sanidad pública catalana, atacados por un síndrome de abstinencia desbocado.






A mí se me ha juntado el síndrome depresivo postvacacional con el de abstinencia. Y es que pasar otra vez de ser surfer full-time (mediocre, si quieren, pero surfer al fin y al cabo) a puto trabajador de despacho es duro, oigan. Y en eso estaba yo sufriendo y pensando cuando el sábado por la tarde me pareció ver en una web cam que entraban unas miserables espumillas por la zona del Maresme. Allí que me fuí, desesperado y sin expectativas ningunas, como el yonqui terminal que se chuta polvo de tiza para engañar al cuerpo (salvando las distancias, que la comparación puede parecer un poco exagerada). Me acabé metiendo un buen rato y, según cómo, hasta se le podrían llamar olas a aquello que surfeé.



Cuando volvía, a eso de las 8 de la tarde, con la puesta de sol enfrente y la música de los Donkeys sonando (perfecta para vídeos de longboard, descúbranla ya; prueben a mirar las fotos de olas de este post,con la canción de aquí abajo sonando...) estaba completamente relajado y tranquilo, así que no tuve más remedio que asumirlo una vez más: ni surfer ni trabajador ni nada, yo lo que soy es un puto mediometrista mediterráneo y este lugar es a la vez mi destino y mi prisión.





Qué le vamos a hacer... Pasemos el trago con unas fotillos hechas desde la terraza del apartamento en el que estaba en Asturias, aunque intentaré resistir la lastimosa comparación con la vista de la terraza de mi casa de todos los días...




domingo, 23 de agosto de 2009

Galería de gente del Festival de Longboard Salinas 2009

Puntual y esporádicamente, resucito este lugar como punto de muestra de gente que estuvo en el último Festival de Longboard de Salinas. Gente que es la que hace grande el acontecimiento.

Ahí van:

¿¿Por qué le llamaran Chukito?? Aunque a mí se me parece más al padre de Laura Palmer en "Twin peaks"...



Fine & "Fina", amos de Costasurf e imagino que de Fine, respectivamente.



The Boss. Lo vamos teniendo ya un poco curtidito por tanta agua y la edad. Se espera patrocinio de Clinique For Men en próximas ediciones.



Clau. Savoir faire salinero todo él...



El Niegà, ese ente que está dejando de ser físico y tangible para convertirse en una forma de vida virtual.



SolanaBeach, mater amantisima.



"The Entries' Man". El Hombre de las Inscripciones. Algún año averiguaré cómo se llama, pero siempre está ahí. Ojo a la cosa; Le pregunté a Pepe su nombre...¡y ni siquiera fue capaz de entender de quién le estaba hablando! ¿Será un espíritu que sólo aparece año tras año para inscribirme a mí?



Barlow, el Hombre Que Jamás Hará Un Noseride. Porque su tabla no tiene nose.



KingMatt, el hombre de la pantalla cinematográfica ambulante.



La hermana de Psiko (creo recordar) pensando melancólica en la inminente Feria de Málaga. Es que ahí, con tanto tío que sólo pensaba en olas y tablas...



Fredoviedo & Heinz. O Heinz & Fredoviedo. Fututros ganadores del Festi cuando haya manga de tandem. Como siempre van juntos...



Nueve escenificando lo que piensa de las marcas y la competición en el mundo del surf...



¿A que así parece un tipo serio? Psiko, pensando en la próxima movida...



Malaguitas' power...



Akua y Wahinekoa... Estas de Euskadi, si no le ponen una K a todo no están tranquilas...



Marta, de las que mejor se lo pasó en Salinas.



Josep, promesa del longboard catalán... cuando Pepe decida hacer mangas restringidas para mediterráneos cuarentones.



Diego de Jérez, aficionado a los troncos, estooo, tablones clásicos y voluminosos con nombre de cantaor.



Jan L. Latussek, el hombre que sólo surfea una vez al año, en Salinas.



Batusao. Como cantaban los Desperados en los 80, "surf en Madrid". Eh, tú, coge tu tabla y véte al mar (esto era de la letra).



WipeOutKing, costasurfero y festivalero de renombre y prestigio, con ese bello e incomparable marco que son los Gauzones al fondo.




Jesús, el pater familias de la Nalu Family, en pose de Steven Spielberg.


Albert. Semifinalista y -este sí- promesa del long catalán.