MEDIOMETRISMO: SURF EN LA COSTA CENTRAL CATALANA

Un relato gráfico y comentado sobre olas pequeñas, swells escasos y gente que hace del medio metro una forma de vida. Algunos, hasta lo convierten en una forma de expresión personal.

Y es que en realidad, si de lo que se trata es de disfrutar de la vida y el mar... ¿para qué necesitamos más tamaño?

lunes, 22 de diciembre de 2008

CODA SURFERA (a la canción de antes): MEDIOMETRISMO EN ESTADO PURO






Poco después de acabar la entrada de antes, abro el correo y me encuentro que Marc Durà (sueltaelancla.blogspot.com) me ha enviado estas fotos mías, tomadas por él en alguna tarde de otoño o primavera, esencial y básicamente mediometristas en el fondo, en la forma, en el alma y en el espíritu y que no pueden ilustrar mejor la sensación, el gozo y el orgullo de ser longboarder( o surfer) que intentaba describir antes con la ayuda de la canción. Benditas casualidades. O destino cotidiano. Y muchas gracias, Marc, por captar perfectamente lo más profundo de lo que yo entiendo por mediometrismo.

AWAY, ALL AWAY...



It was one day at five thirty
I went down to the beach
The afternoon was dying
There was purple at its feet

I love the shades of nightfall
The faded blues and greys
The silver on the water
Seems to push so many things away, all away..


Para ir acabando el año -el único cambio de año que vivirá este blog- recuperaré por un momento esa adolescente y entrañable costumbre de usar frases de canciones para extrapolar la vida con palabras que otros han escrito o cantado. Con una canción bastante reciente y muy poco conocida: “Pandanus”, de Robert Forster.


Así empieza:


Era un día cualquiera a las cinco y media

Bajé hasta la playa

La tarde estaba muriendo

Había púrpura a sus pies


Me encantan las sombras de la caída de la noche

Los difusos azules y grises.

La plata sobre el agua

parece llevarse tantas cosas lejos, muy lejos...


¿A alguien se le ocurre una manera mejor de definir una de esas sesiones de tarde, solitarias y terapéuticas?


Por supuesto, Robert no estaba pensando en el surf, supongo que sólo en un paseo reflexivo y tranquilo por la orilla del mar, a la puesta de sol. Pero nunca se sabe, porque con los Go Betweens, su grupo hasta la reciente muerte de su compañero Grant McLennan (a quien homenajea “The evangelist”, el disco en que se encuentra esa canción), ya habían tenido alguna que otra relación literaria con el surf, como tantos grupos australianos. Sobre todo en su canción “Surfin’ magazines”, que en "That stripped sunlight sound", un dvd de un directo en Brisbane, dedican desde el escenario directamente a Nat Young, Midget Farrelly, Rabbit Bartholomew y otras leyendas del surf australiano.





El disco es reciente y minoritario, así que no hay aún en youtube ninguna interpretación de la gloriosa “Pandanus”, sólo este video de fotos pegadas hecho por un fan. Servirá al menos para que escuchéis la canción, si os apetece. Me permitiréis pues que por una vez no cuente nada del surf local, sino que me limite a desearos felices fiestas (a aquellos que crean en este tipo de deseos) con el anterior clip y con su interpretación de “Surfin’ magazines”, ya en solitario, sin el tristemente ausente compañero de tantos años.


Y así acaba la canción:


One hour in that air
Some gentle people there
Nothing’s going to get you or bring you down
The sun has gone and it’s taken your troubles somewhere, somewhere.


Una hora en ese aire, unas cuantas personas amables allí, nada te va a agobiar o hacer que te vengas abajo, el sol se ha ido y se ha llevado tus problemas a algún otro sitio, a algún otro sitio...


Que vengan ya las sesiones de primavera!!!!



lunes, 15 de diciembre de 2008

PUES SERÁ VERDAD QUE EL SURF ES COMO EL SEXO...



Había oído que hay sesiones, e incluso olas, orgásmicas.

Debe ser verdad. Ayer por la mañana ví algo que aún no había visto.

Estaba surfeando en una conocida derecha renacida, una ola que cuando la acabas hasta la orilla es mucho más cómodo patearte la playa hasta el espigón y entrar por el canal que remontar todo el trayecto. Pues bien, en uno de estos paseos de vuelta al pico me encontré a un surfer que, tras salir del agua con una espuma, se dirigió a la arena, tendió la tabla de forma paralela a la orilla, sacó un cigarrito de una mochila que había dejado allá, se tumbó con la cabeza apoyada en la mochila y la tabla, y se puso a fumarlo relajadamente, mirando alternativamente al cielo y al mar. Ojo, sin quitarse el neopreno, ni los escarpines, ni secarse, ni nada. Y vale, hacía solecillo, pero la temperatura no pasaría de 11 o 12 grados. Va a ser verdad que la última ola suya debió ser para correrse...

Digo yo. No fumo ni he fumado, así que desconozco el papel relajante de hacerlo tras la consumación del acto “sersuá”, pero eso te cuentan y eso se ve en las películas y las novelas con escenas de cama...



Como desgraciadamente no llevaba la cámara acuática encima, no hay constancia gráfica. Así que utilizo de acompañamiento visual a esta modesta entradilla unas magníficas fotos de Toni T. del swell de hace unas semanas. Buen punto de vista lo de subirse a la montaña para ver el mar.

jueves, 11 de diciembre de 2008

LABIAZO ESCALA 1:5




Ya véis, esto es la versión mediterránea estándar -las hay más grandes- del surfer que ve delante suyo como la ola va a cerrarle. Mucho más sano para la adrenalina, mucho más cómodo para el corazón, mucho menos arriesgado para la salud... Eso sí, corresponde a una sesión del viernes pasado de la que lo único que saqué fue una seria faringitis que aún me dura: ¡así que nuestras olas también son peligrosas!

viernes, 5 de diciembre de 2008

PERSONAJES LOCALES: NORMAN

(H)ojeando –es que hacía las dos cosas, hojearla y ojearla- el otro día la revista 3sesenta, leí en la sección de noticias el siguiente texto: “El longboarder catalán Norman Perdigó continuará bajo el patrocinio de la tienda Big Kahuna”.


Con su "espónsor"


Impresionante notición... No sé de donde habrá sacado la redacción de la revista esa información o si sabe realmente lo que significa para un longboarder catalán ese patrocinio. Quizá diez pastillas de parafa al año... Puede que un par de licras y un invento. Y a lo mejor la inscripción gratis al campeonato que organiza Dave. Lo gracioso es que cualquiera que lo haya leído por ahí se pensarà que por aquí tenemos longboarders pros que se dedican a viajar y competir allende el Mediterráneo. Ya nos gustaría. Y ya le gustaría a Norman, principalmente.Y seguramente a Dave también le parecería bien poder permitirse esponsorizar a alguien en serio. Pero el surf aquí aún es lo que es. Y la mayoría prefieren que no sea otra cosa. En mi caso depende del día, que para eso soy algo bipolar.


Pero como reflexionando sobre ello resulta que Norman debe ser el único longboarder local que aúna las circunstancias suficientes de edad, calidad y ganas como para salir por ahí a dejarse ver por el mundo competitivo, pues qué mejor que aprovechar la “noticia” para presentarlo en la galería de personajes locales del blog.


Sacar esa Bear del agua tenía mérito, ya lo creo


Cuando conocí por primera vez a Norman él se pensaba que yo era un capullo y yo pensaba que él era un capullo. El paso de los años nos ha abierto los ojos y se ha demostrado que el único que tenía razón era yo... :0)))))))))


Qué no, que no va en serio. Ninguno de las dos la teníamos... Son cosas de “la interné”, de sus apariciones entonces como notorio y provocador personaje apodado XXX en el –en aquel momento- activo foro local de la comunidad de la web Surfbcn. Y de las respuestas que dábamos otros a sus provocaciones. Cosas de la edad... Pero como dice él, la virtualidad es una cosa y la realidad física otra; y los campeonatos locales y el encontrarnos una y otra vez en los mismos line-ups a lo largo de los años han fomentado una singular camaradería entre los longboarders de por aquí (que para eso somos pocos) que, sin necesidad de ser todos amigos de todos, nos ha permitido conocernos mejor e intercambiar experiencias; pudiéndose así probar de primera mano el conocido dicho local según el cual “todos los longboarders catalanes son gente muy rara”. Excepto yo, por supuesto, que soy normal... Buena gente todos, pero tendrían vdes. que verlos y vivirlos...


Lo dicho: que pese a que en ese primer campeonato que organizó Raúl Ayas (otro personaje al que se le puede dar de comer aparte...) en Sitges en 2002, Norman nos pegó a todos un baño (y nunca mejor dicho, reconozcámoslo, que a mí aún me escuece) ese año se inició una especie de comunión entre el grupo de longboarders barceloneses –o del entorno- más habituales. Comunión que ha llevado a viajes conjuntos, apariciones en competiciones diversas, alguna que otra cena, encuentros en conciertos de música surf, proyectos y actividades de lo más diverso y más o menos exitosos, y, como es inevitable en colectivos más o menos cerrados, algún que otro mal rollo. Lógico. Nada nuevo sobre la faz de la tierra.


En Hawaii, que es un surfer viajado.


Norman remite también al ejemplo de que hablábamos no hace mucho de surfer local que de haber vivido en otro lugar y haber arrancado antes hubiera alcanzado un importante nivel técnico. De ahí sus intentos, hasta el momento infructuosos, de abandonar nuestro querida cuna mediterránea en busca de olas mejores y más constantes, en Canarias o Portugal.


Como a algún otro por aquí, y aunque él defienda su gusto por pruebas amateur ante las más profesionalizadas (va a ser porque tiene más posibilidades de ganar...), a Norman le gusta más competir que a Ana Obregón un miembro viril joven, y ha tomado parte en diversas pruebas del circuito de la Asociación de Clubs de Longboard. Con éxito, para tratarse de un longboarder mediterráneo.


En uno de sus picos locales favoritos.


Personalmente, lo que más me soprende de Norman en el ámbito surfístico (aparte de su rápida evolución y su automotivación cuando compite) es su extraña capacidad de madrugar. Mira que yo madrugo, pero muchas veces cuando llego al pico me lo encuentro en el agua después de haber ido, vuelto y vuelto a ir a tres o cuatro playas. O va a ser el insomnio o va a ser un caso claro de ansiedad surfera: es decir, cuando la expectativa de olas no deja dormir. Porque algún que otro día no deben ni haber puesto las olas cuando llega.


Una vez tuve a bien traspasarle (previo pago, no nos engañemos) una de mis tablas a Angela, su pareja. Y él tuvo a bien meterla en un metro y medio cerrón de Montgat y batir el record Guinness de “pedazos en que se puede partir una tabla”. Cuatro, ni más ni menos. Si es que no saben salir a tiempo... Sniffff, una preciosa Lufi coloreada cual Harley Davidson, que acabó al menos sirviendo de fotografía promocional para los Surfin’ Burritos, otra actividad a la que Norman dedica el tiempo libre y su guitarra y con la que poco a poco intenta abrirse un camino en la atestada escena del r’n’r clásico. www.myspace.com/thesurfinburritos



Pues ya ven, este es nuestro “longboarder pro”, según 3sesenta. Probablemente mejor que algunos que hacen el circuito nacional, pero lastrado por su mediterraneidad. Podríamos decir que actualmente es el longboarder catalán de referencia -si es que tal cosa existe- aunque seguramente habrá (claro que los hay, pero no pretenderán que diga nombres) quien asegura que su estilo ha sido durante un tiempo en exceso shortboardero y poco respetuoso con el clasicismo. Pero ya saben que aquí somos unos puristas y unos fundamentalistas del tablón y que es el único sitio donde para algunos lo que baje de una 9’6” y un grosor de 3” es una tabla corta. En fin, un personaje que en sus inicios parecía que iba a ser controvertido pero que con el paso del tiempo ha demostrado ser exactamente igual que el resto de longboarders locales: más raro que un perro verde. Excepto yo, creo que ya lo he dicho...


* todas las fotos cedidas por Cristian Perdigó y Angela Turró.

lunes, 24 de noviembre de 2008

VUELVE EL BIG KAHUNA... Y HASTA LO ESPONSORIZAN



Vaya... Pues va a resultar que al final nos volveremos "normales", surfísticamente hablando. Ya la tenemos aquí: la esponzorización ha llegado –si bien de manera aún muy concreta- a nuestras costas. Y lo ha hecho -con muy buen gusto, eso sí- apostando por el longboard. Es decir, por un ámbito de nuestro surf en el que la gente va adquiriendo cierto nivel, pero en el que aún queda lejos esperar la eclosión de alguna joven promesa en los próximos años. Salvo que consideremos a Norman aún joven, por supuesto.

Coñas aparte, e independientemente de lo que cada uno pueda pensar de la competición y la esponsorización, es sorpresivo y tiene gracia –en el buen sentido- que Quiksilver y Surftech hayan apostado en serio -recalco lo de "en serio"- por apoyar un campeonato local mediterráneo y que ese campeonato sea el de longboard organizado por nuestro dedicado amigo David Walton, propietario de la tienda Big Kahuna. Al parecer, y para más alineamiento de astros, este año incluso el Ayuntamiento de Sitges se cree el proyecto y colabora en serio, facilitando la organización y no limitándose a dárse por enterado, como en otros intentos anteriores.

Quizá no sea tan extraño ese apoyo, si consideramos el auge del mercado catalán como potencial fuente de ingresos de marcas de surf. Sí, reconozcámoslo, lo tiene, nos guste más o menos. Pero hoy tengo el día bienpensante y prefiero creer que la apuesta viene más bien por lo exitoso y diferente -en relación a las estresantes competiciones de otros lugares más... competitivos- que salió el festival del año pasado: pese a la larguísima espera (Quiksilver ya estaba incluso a punto de retirar su experimental apoyo de la temporada pasada) al final el Mediterráneo, a su bola como siempre, decidió colaborar, se acordó de que también puede entrar de sur y nos suministró un día primaveral, con un swell duradero y más que digno que convirtió la primera edición en una fiesta en la que todos se lo pasaron bien y de la que nadie pudo tener, ni tuvo, ninguna queja. Salvo yo, quejica como siempre, por dejar que me eliminaran tan pronto, aunque ya me estoy acostumbrando. Al menos, como dice Norman Wright, presidente del Hotdoggers Longboard Club inglés en el último número de Corduroy Lines (revista inglesa de longboard, http://www.corduroylines.com/) al respecto de por qué se compite a estos niveles medios y locales, me di el único gusto que en realidad perseguimos en estos eventos: eliminar a un colega. En este caso le tocó a Andrea Ceruti. Algo es algo... :0)


Dani Domínguez, ganador de la pasada edición.

Volviendo -que tiendo a irme- al modo serio, el éxito pasado ha llevado a David y ambas marcas a apostar por un campeonato más ambicioso. Con el mismo formato (participantes locales y tres o cuatro semi-pros invitados por las marcas) me cuentan que esperan repetir fiesta. Las carpas y la infraestructura serán más, coincidirá con la segunda prueba gratuita de tablas Surftech (después de la buena acogida de la anterior) y, con un poco de suerte hasta funciona la megafonía y nos enteramos de cuando nos toca entrar en manga... Este año hay dos trofeos. Uno para el ganador absoluto y otro para el mejor catalán clasificado. Quizá haya incluso doble final, como ha comentado David, porque como vengan cuatro semi-pros los de aquí vamos a tener difícil hacernos un sitio en la final absoluta y no hay que desmotivar al personal. Y es que cuesta competir contra gente que entra todos los días al agua, pero por si acaso se intentará.

Aunque el número de participantes será limitado, por la inconsistencia de nuestros swells, que obliga a tirar todo el campeonato el mismo día, David está especialmente ilusionado con la presencia de público y con convertir el evento en una especie de día de playa familiar. Esperemos que salga un bonito día de sol... Y hablando de ilusión, en este caso personal, dejaremos dicho que el trofeo (los trofeos) no sólo serán muy llamativos y longboarderos, sino que estarán manufacturados, en entrañable colaboración, por un conocido shaper local al que yo juraría haberle leído que no le interesaba nada el concepto competición... Mira, me hace ilusión -será por la proximidad de la navidad- y tranquiliza saber que al final todos arriman el hombro cuando se trata de apoyar a gente que se lo merece (como David, sus voluntarios y el curro que se pegan para organizar todo esto) y al surf local.



Ya continuaré contando cosas del festival según se vaya acercando. Más información en la web de The Big Kahuna: www.thebigkahuna.es Para hacer boca acompaño foto mía haciendo el típico surf que NO haré el día del campeonato, para regocijo de Norman, Josep y compañía. Y es que como blogero no sé si seré bueno o malo, pero lo que es compitiendo...

Por cierto, para los que abominen de la competición, que por aquí hay unos cuantos, mi opinión es que aquí no nos hace daño ni es peligrosa: siempre será esporádica, nunca se extenderá en nuestras playas. Lo que es malo para nuestro surf (las olas y su escasa colaboración) es bueno para impedir la llegada de ningún virus serio de competición y mantenerla donde debe estar: como un encuentro a celebrar y disfrutar de vez en cuando; no como filosofía de surf mediterráneo.

Y además, como ya he comentado alguna vez por aquí, me parece oportuno, justo y necesario apoyar a los que hacen cosas.


martes, 18 de noviembre de 2008

NADIE SURFEARÁ PARA SIEMPRE

-¿Qué quieres decir? Esos tíos están tan pillados que surfearán toda la vida- replicó Denny


Bear cogió las tijeras oxidadas y las tiró sobre el banco de trabajo. La tabla ya estaba envuelta en fibra de vidrio.


-Nadie surfea para siempre – dijo.


Los dos amigos se miraron el uno al otro, desconcertados. Observaron a Bear mientras iba hacia una pila de cubos y empezaba a abrir una lata de resina.


-Tú todavía lo haces, ¿no, Bear?- preguntó Denny.


-Sólo cuando es necesario.



Hace dos domingos, que me quedé a dormir en la ciudad, un pelín resacoso, entretuve la resaca de la misma manera en que lo hacía cuando era residente del centro urbano más bullicioso: dándome una vuelta matutina por el mercadillo dominical del Mercat de Sant Antoni. Durante mucho tiempo fue un magnífico lugar para encontrar pequeños tesoros en forma de libro o disco, aunque la pérdida de valor de los objetos de cultura popular y el terreno que han ganado en los tenderetes los dvds porno y los tan poco interesantes videojuegos han reducido el interés de la caza. Aún así, es bonito darse una vuelta (nunca mejor dicho, porque el recorrido da la vuelta completa al edificio del mercado) y observar la entrañable degradación de una casta de buscadores que se resiste a desaparecer.


De hecho, iba sólo de paseo. Como mucho en busca de buena novela negra a precio de saldo (tuve suerte: un interesante Harlan Coben, “Tan sólo una mirada”, en tapa dura a 4 euros). Pero como siempre se encuentra lo que no se busca, desde un rincón me llamó la reciente edición de “El gran miércoles” que Ediciones Pàmies ha publicado en castellano, la novela que John Millius y Dennis Aaberg sacaron del guión de la conocida película referencia de la cinematografía surf. Como estaba en perfecto estado y barata, me la compré. No lo había hecho en su momento porque intuía lo que en efecto iba a pasar, que la traducción fuera una mierda. ¿Tanto cuesta que el traductor busque a alguien que conozca la terminología del surf? En fin, no es el tema ahora... Aún así, la empezé a leer y me encontré enseguida con la transcripción de esa escena, que todo buen fan de la película será capaz de recordar de inmediato en imágenes (y para los que no, ahí arriba hay un fotograma).



Lo que me ha hecho reflexionar –que para eso los libros dan más tiempo que las películas- es que en la novela, Bear, un personaje que aparentemente está de vuelta de todo, considerado en el surf ya no por su capacidad para practicarlo sino sólo por su sabiduría y experiencia (que es como decir que está acabado) es...”un viejo de treintaytantos años”.


Evidentemente, los tiempos han cambiado y hoy hay gente que empieza cuando a Bear ya lo hubieran jubilado y echado a los mejillones, pero aún así... ¿surfearemos para siempre? ¿O sólo cuando sea necesario?


¿Cuando es necesario?


¿Lo era para mí hacer 40 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta el domingo pasado a las 8 de la mañana, con 10 grados, para surfear unas olas cintureras (“pero guapas”, que dirían en el Màlaga Surf Club)?


¿Ha dejado el surf realmente de ser una forma de entender y justificar la propia existencia -como lo era para Bear, algo que no se puede malgastar? ¿Se puede estar hoy tan stoked como lo estaban en los primeros 60 en las playas de California si la respuesta a la anterior pregunta es afirmativa?


La cuestión de qué es el surf es un habitual del existencialismo de sus practicantes (al menos de aquellos con cerebro suficiente para desarrollar plantamientos mentales más allá del típico "¡he pillado una bomba de puta madre!" de nuestras revistas de surf). Y como suele ser habitual, la pregunta tiene centenares de respuestas posibles. Tantas como surfers la respondan. Yo he dejado de planteármelo de manera filosófica. Aunque cada vez me da más pereza, siempre entro. Aunque cada vez me duelen más las rodillas y el hombro derecho, siempre entro. Aunque en determinadas condiciones de escasa calidad a menudo parezco el padre del resto de surfers en el pico, siempre entro. Aunque cada vez más habitualmente me pregunto “qué hago yo aquí?” cuando estoy ahí flotando para nada con la de otras posibilidades que ofrece el mundo en esos momentos, siempre entro. En resumen, por si no ha quedado claro, que siempre entro.



Es decir: que me pregunto, pero no me respondo.


O quizás sea más fácil: puede que para mí, siempre sea necesario. Que sólo vaya a dejar de entrar cuando no pueda más. Pero no mentalmente, sino físicamente.


Probablemente por eso nunca me den un papel de Bear en la futura gran película del surf.


Porque para pensar, me gusta más hacerlo sobre otras cosas. Y el surf, simplemente disfrutarlo. Sólo cuando sea necesario. Y probablemente lo sea siempre. Para disfrutar de la vida cuando esta vaya más o menos bien. Para distraer las dificultades y las penas cuando éstas se presenten.


Que siempre lo hacen, de una u otra manera.

sábado, 15 de noviembre de 2008

EXPERIENCIA...



¿Qué es un tipo que lleva muchos años surfeando, domina la técnica, controla su cuerpo y conoce el pico a la perfección?

....


....


....


....


¡Un surfer con muchas tablas!


Pffffffffffffffffffff.... (lo siento, es malo, pero ha sido más fuerte que yo, tenía que hacerlo...)

lunes, 10 de noviembre de 2008

PERSONAJES LOCALES: ABEL

Igual que es seguro que en Senegal hay alguien que no tiene ni idea de que hubiera sido un gran esquiador o en Corea del Norte vive alguien sin saber que podría haber sido un excelente jugador de hockey sobre patines, siempre he pensado que por aquí tenemos unos cuantos que podrían haber sido magníficos surfistas.

No se me rían... Que va en serio. Pero ya se sabe, hasta hace unos años, en el típico cronograma mediterráneo se descubría el surf tarde, nadie te enseñaba nada, se entraba poco, se iba muy perdido y, cuando alguien –en el caso de que sucediera- se daba cuenta de que podría haber tenido un cierto nivel, se encontraba con una edad en la que ya no apetecía plantearse según qué apuestas vitales de cambio.


Fíjense básicamente en la enorme potencia que transmite la ola, hay que echarle piernas... (fotos: Raúl Baldirà)

No tengo ni idea de si este último es el caso de Abel, pero sí pongo la mano en el fuego de que de haberse dedicado desde niño y de haber vivido en un entorno de olas frecuentes, hubiera sido un surfista de auténtico nivel.

En situación parecida he visto unos cuantos por aquí a lo largo de los años (Genís, el Bolas, Albert, etc...). Desconozco sus historias personales, pero lo que me ha hecho traer a Abel al blog es que él no se ha dedicado a lamerse las heridas o a quejarse de que si su abuela tuviera ruedas sería una carretilla; por el contrario ha contribuido voluntariamente a vertebrar ese nuevo mundo del surf catalán.


Tubeando en su querido Maresme. Doy fé de que cuando eso te rompe encima duele.

Para empezar, se trabajó y puso en marcha algo que aquí tiene mucho mérito, la primera Escuela Catalana de Surf (www.escolacatalanadesurf). Y digo que tiene mérito por tres motivos: el primero es que debe ser estresante estar pendiente de avisar a la gente de cuando hay olas o cambiar planes y decepcionar a los ansiosos alumnos si amanece plato pese a la previsión; el segundo (y esto igual son imaginaciones mías) debe ser aguantar al típico futuro surfer local flipao que a la que se levanta en una espuma se cree el hijo ilegítimo que tuvo Kelly Slater en una visita turística a Barcelona cuando era adolescente; y el tercero, que es el peor, es tener que dedicar las escasas olas a enseñar a otros en lugar de en provecho propio. Sólo esto último ya me admira de cualquiera que lleve una escuela, más en el caso de un lugar con tan escasas –y por ello egoístamente preciadas para uso personal- marejadas.


Esto no sé muy bien "qué es lo que es", que esto del shortboardismo tiene muchas maniobras raras...

Y como Abel debe ser de esos que hace del mediometrismo virtud, no contento con enseñar al que no sabe ahora se ha sacado de la manga el primer circuito catalán de surf (anticipándose a alguna idea similar que rondaba por ahí para el longboard): www.circuitcataladesurf.com. Tres pruebas, inicialmente, que pueden dar cierta vidilla a esa enorme cantera que puebla nuestras playas. Hay que tener valor. Si ya es difícil que cuadren olas en fin de semana durante el periodo de espera, apostar por ello tres veces en un año precisa casi de un pacto con el diablo.

En fin, que aunque hay mucha gente que mira raro a los que se mueven en esta escenita nuestra, que les acusa de parodiar el surf de lugares con olas, blablablablabla, yo, aún con todo mi cinismo y escepticismo de perro viejo a cuestas, no puedo dejar de admirar el espíritu de gente que cree en lo que hace. Debe ser porque a mi me falta disciplina, continuidad y constancia y ya se sabe, se suele admirar aquello que uno no es capaz de hacer.


En ocasiones veo olas (parafraseando de la peli El Sexto Sentido)

Ánimo y suerte, la necesitará. Seguro que hay muchos que piensan que la escuela no es más que un vivero de novatos y que el que quiera surfear que se esfuerze por aprender por su cuenta (probablemente los mismos que se quejaron de que cuando ellos empezaron no había nadie que pudiera guiarles) y que aseguran que el circuito lo único que hará es fomentar ridículamente el espíritu competitivo en un lugar sin practicantes de suficiente nivel, lo cual, además, será tratado de traición al free surf, el espíritu, el soul, etc, etc. y todos los etc. habituales. Como si no pudieran convivir las dos vertientes de entender el surf y que cada cual practique la que más le recompense personalmente.

Pero es que aquí, ya lo vamos viendo, somos así...

(Nota final: glups, me acabo de dar cuenta de que he dedicado todo un post entero... ¡a un shortboarder! ¡¡Yo!! ¿Es grave, doctor?)

martes, 4 de noviembre de 2008

HE' ENALU

No acabo de entender por qué motivo, si dicen que no se le pueden poner puertas al campo, sí se le pueden poner límites al surf (empalme con los comentarios al último post). A nadie se le escapa que, en un sentido puramente literal del término, “surfing” se refiere al acto puro de surfear. Está claro. De hecho, es un tiempo verbal, no un sustantivo. Por eso yo le llamo “surf”, no “surfing”. Porque si nos ponemos tan exquisitos, resultará que las remontadas, las remadas o el rato que estás flotando sentado en la tabla contemplando la puesta de sol (o la salida, según seas de los madrugadores o de los perezosos) tampoco son surf: los antiguos reyes hawaiianos o polinesios se referían, en su denominación original he’ enalu al concepto de “deslizamiento sobre la ola”. No a la parafernalia surfera, desde luego, pero tampoco estaban pensando ni en la remontada, ni en el momento en que se ponían el taparrabos de licra ni en el rato en la arena al salir en el que taladraban a los pobres esbirros de clase baja que habían entrado con sus parcas alaias explicándoles la cantidad de olas que habían pillado con sus enormes olos reservados a la nobleza isleña.


Borja he' enaluando.


Esta tontería que acabo de escribir viene a querer decir que el surf (que es un concepto más amplio que el de quienes emplean, como en el norte de España, el tiempo verbal “surfing” para denominar esta afición nuestra) puede ser para cada uno lo que le dé la real gana.


Yo conozco por aquí muchos presuntos auténticos surfers que dicen pestes de la parafernalia surfera, que abominan del entorno poser, ya sea retro-vintage o moderno-radical y que defienden el surf en estado puro como la comunión sin más disfraz del hombre con el mar o como una actividad simple y no parafernálica integrada en la vida diaria... y luego cuando hay olas no se meten porque han salido por la noche, porque no les gusta madrugar, porque está lloviendo, porque tienen que ir de compras con la novia o porque tienen que pintar una pared que pueden pintar en cualquier otro momento. Y seguramente, alguno al que le guste clavar madelmancitos surferos en cachos de madera (no sé si todo el mundo ha entendido la ironía del post anterior), estará en el agua salvo causa de fuerza mayor o laboral. Igual que muchos de aquellos a los que se acusa de darle bola a la iconografía surfera.


Pau, antes y después de surfear... (vale, soy un pesao)


Como digo siempre, aunque muchos parecen no creerme, cada uno puede hacer lo que quiera y decidir cuando empieza y acaba su surf, si cuando siente la priemra gota gota de agua a la altura de los bajos, cuando vé las fotos de la sesión o cuando lee una revista o un libro. Y no pongo ejemplos reconocibles de lo del párrafo anterior precisamente para darlo yo, para respetar que cada uno haga lo que quiera sin criticarlo y además porque este blog se me está empezando a ir de las manos. Ya van varias veces en el agua que gente a la que no conozco me dicen algo así como “¡hey, mediometrismo!”. Glups... Desde luego que me alegra que este modesto espacio sea leído y seguido pero eso también me obliga a ser más cuidadoso de lo que lo era al principio para no molestar a nadie. No sólo por educación -que también, que mis padres se esforzaron por inculcármela- sino porque si en toda mi vida he tenido ni un sólo problema en el agua a ver si lo voy a acabar teniendo ahora por cosas escritas aquí en lugar de dichas en el pico. Que el surfer es una especie muy susceptible, como he ido apreciando desde que puse en marcha este blog y como demostré yo mismo con mi calentón en el foro de Costasurf en reacción a las vergonzosas y ya notorias seis páginas del último número de la revista Glide en lo que se referían al surf catalán.


Otro local que estaba por allí


Así que hoy que no hay olas, SURFEO con el recuerdo (que, insisto, para mí también es surfear aunque no esté tocando agua) y espacio este texto con fotos acuáticas de una de las últimas sesiones, en un pico aún poco concurrido y cuyo nombre, aunque a los locales que aparecen en la foto no les importe y con el entorno sea fácil de identificar, dejaremos en el teclado. Aunque en la costa central catalana no hay ni un sólo secret spot, y mucho menos urbanos como este de las fotos, sigo defendiendo el esfuerzo de búsqueda y desplazamiento por uno mismo como parte del surf. ¿O al final hemos quedado que no es surf?


Y acabo con una de esas fotos que tanto gustan a los amantes del arte... :0))))))))))))))

jueves, 30 de octubre de 2008

SURF ART DE ANDAR POR CASA (II)

Como muchos sabéis, a los mediometristas mediterráneos interesados en el surf se nos acusa a menudo de estar pensando más de la cuenta en la parafernalia surfera, especialmente cuando no hay olas. Sin negarlo del todo, tampoco sé qué tiene de malo. Vistos los valores históricos y pioneros de la historia del surf y la atracción estética de sus años dorados -finales de los 50 y la década de los 60- me parece un ámbito de cultura popular con una imaginería lo suficientemente entretenida en la que fijarse. Hay otros que coleccionan vitolas de puro o etiquetas de cava, oigan... Y si hoy, hasta un deporte que tan claramente es un simple juego como el fútbol está viendo legitimada su historia por la vía de grandes escritores que le reivindican el pasado (Roberto Fontanarrosa, Javier Marías, Ryszard Kapuscinski o Henning Mankell; ah!, y Nick Hornby, aunque este grande-grande no es que sea) o programas televisivos de contenido documental, retrospectivo y no partidista... ¿por qué debe avergonzarnos traspasar de vez en cuando esa otra línea del surf, la que no tiene que ver con mojarse en el agua?


Yo la he cruzado, y en realidad cualquiera que esté haciendo fotos de surf con una voluntad ligeramente artística, se compre un dvd de Bruce Brown o tenga el libro “Stoked” en su casa también la ha cruzado. Y eso no significa absolutamente nada reprobable, sólo que queremos llevar nuestra afición un poco más allá en los días –que aquí son multitud- en que el mar no tiene ganas de, como dice un lector del blog, arrugarse. En resumen, es tener verdadera y prácticamente claro eso que tan a menudo se afirma de que el surf no es sólo un deporte o lo de que es el único deporte asociado a una cultura propia.


Y puestos a hacerlo, hagámoslo a consciencia.

Este verano pasado, en Biarritz, se celebró la segunda muestra del MIACS (Mercado Internacional de Arte Contemporáneo Surf) : http://gallery.me.com/g.decoster#100030

Allí, entre fotos y acuarelas originales de John Severson, esculturas varias, fotografía experimental y pinturas excepcionales (y excepcionalmente caras), se lucían también algunos displays, diversas boutades (mi padre las llamaba “pijotadas”...) y obritas menores de aquellas que la primera frase que llevan a la boca es la consabida... “pues esto también podría hacerlo yo”.



Y, como siempre que se dice algo parecido se olvida nada más salir por la puerta, esta vez, imbuido del espíritu estival, para variar... lo hice yo. Si ser artista hoy en día es fácil... Así que escogí una auténtica rama de árbol arrastrada por el mar y encallada en las rocas de la playa de la Côte des Basques (quien la conozca y se fije en estas cosas sabrá que es una auténtica fuente de tesoros y objetos encallados, ya que cuando la marea está alta el agua cubre por completo las rocas y embarranca cientos de objetos salidos de las rías guipuzcoanas, sobre todo tras temporales de lluvia), elegida por su innegable forma de big wave; a continuación arranqué un pequeño surfero de plástico que venía en una caja de galletas de metacrilato con forma de ola que al abrirse activaba un medley de canciones de los Beach Boys y que mi hermano me trajo de Memphis hace años (probablemente la cosa más hortera que ha entrado en mi casa desde que dejé de vestirme a la moda de los 80), le busqué la ubicación al surfer en la rama para que pareciera lo más real posible, un par de rayas de pegamento Imedio... et voilà!.

¡Mamá, ya soy artista!

No sé si enviarlo al MIACS 2009... :0) Que ahí donde lo véis, mide alrededor de medio metro, si no más. Tampoco sé que nombre ponerle. Igual lo bautizo "My brick"... que es como pronunciaron hace años "Mavericks" en un documental de La 2.

Si aún tendrán razón... Al final la falta de olas nos afecta...

lunes, 27 de octubre de 2008

MANOS A LA ESPALDA

Hay veces –pocas- que algunas cosas te ocupan la cabeza con cuestiones más importantes que el surf. Si llevas un blog de surf, lo lógico es que se resienta algo, así que mientras acaba esta corta fase de falta de inspiración y se me vacía el disco duro mental de otras cuestiones, os dejo un par de fotos: la primera, una obra de arte (pfffffffffff...) digna de portada de Glide llamada "Longboarder frente a la inmensidad" (lograda con la técnica de apuntar demasiado arriba con la cámara de muñeca sin pretenderlo...)



... y la segunda una de acción dedicada a dos de mis más queridos y habituales lectores/comentadores, los Sres. Llarga-ample –i-dura y El Principito (en sus diversas manifestaciones emocionales). :0)



Los que hayáis leído comentarios de posts anteriores ya lo entenderéis...


Y ya que estamos, también me puedo dejar caer en el pozo del tópico más vil, para el cual no hace falta demasiada inspiración, y recordar al albur de esta foto y su debate sobre el interesante tema "Las manos a la espalda en el surf: ¿una forma de expresión personal o una gilipollez absoluta?", la manida –pero no por ello menos interesante- cuestión de la estética en el longboard. ¿Es más bonito un aéreo a la Taylor Jensen o un dominio fluído de la pared a la Joel Tudor, aunque saque la mitad de agua con los cantos que cualquier otro pro de la actualidad?


Yo me quedo con lo segundo, aunque trate de acercarme todo lo que pueda -que no es demasiado- a lo primero por simple ansia de mejora técnica personal. Y, sobre todo, porque aunque no lo parezca, es muchísimo más difícil surfear como Joel Tudor que como Collin McPhillips o Phil Razjman. El dominio de la técnica está al alcance de muchos; la interacción absoluta con la ola, de muy pocos.


Y bueno, porque me gustaría ver a Taylor Jensen sacando la tabla en una ola mediterránea de palmo y mitad...


Por cierto, esa foto, aparte de las limitaciones estéticas de que sea mía -es decir, de alguien muy poco dotado antropomórficamente para salir equilibrado y relajado en una foto de acción-, pone de manifiesto muy claramente por qué a los amantes del longboard como expresión visual les molesta el invento. Anda que no queda feo ahí colgando...


Y para hacer alguna aportación al tema "manos a la espalda", recuerdo una leyenda urbana que contaba que a Julio Iglesias le hacían trajes sin bolsillos cuando empezaba a cantar porque no sabía qué hacer con las manos y acababa metiendo la que no sujetaba el micro en el bolsillo, lo cual al parecer no quedaba muy bien de cara al público. Pues digamos que igual ponerlas a la espalda soluciona qué hacer con ellas en esos larguísimos y prolongados noserides de aproximadamente medio segundo que nos proporciona nuestro Med.

viernes, 17 de octubre de 2008

JUNX

Después de unos días de cierta intensidad surfemocional, por razones varias, es agradable abrir una de nuestras web de fotos de cabecera (www.thebigkahuna.es) y encontrarse con un viejo amigo esperando allí. Y todo gracias a la costilla fisurada de Norman, que nos sigue permitiendo disponer de un excelente archivo fotográfico de las sesiones de los últimos días. Creo que entre varios le vamos a romper otra costilla, para seguir disfrutando de fotógrafo en todas las sesiones. Y además, me está solucionando el trabajo gráfico del blog... Lo echaré de menos fuera, cuando vuelva al agua.

Como decía, entre las fotos del pasado fin de semana me he encontrado a Junx. Junx me es caro de ver en el agua: entre que no coincidimos en las zonas geográficas y que sus horarios y los míos, a menudo por razones familiares, son diferentes, ya no le veo tanto como cuando yo vivía en Barcelona y me dirigía al norte de la ciudad si las olas cuadraban. O como cuando la ola de Port Ginesta, en Castelldefels, aún mantenía la claridad y regularidad que la hizo popular, antes de que los poderes inmobiliarios rellenaran su fondo con la arena sobrante de la ampliación del puerto deportivo.

Justo ahí, en Port Ginesta, le ví por primera vez. Hace de eso muchos años. Muchos. Cuando yo empecé, él ya estaba allí, tan amable como ahora con la gente que empezaba. Para mí, entonces, aunque luego supe que él tampoco llevaba tanto tiempo sobre una tabla, cualquiera que estuviera en el agua y se pusiera de pie era algo parecido a un dios del surf, al que miraba con ganas de ser tocado por parte de su sabiduría. El fue de los primeros a los que puse cara. Supongo que él no se debe acordar, porque marca más lo que es nuevo, pero yo si soy consciente de que uno de los primeros -si no el primero- saludos y consejos en el mundo del surf lo recibí de su parte; no consigo recordar qué me dijo, si fue algo sobre cómo cansarme menos remando o sobre otra cuestión, pero sí la situación. Entonces no había youtubes, ni escuelas, ni veteranos de gran nivel a los que observar para aprender, por lo cual la suya es una de las primerísimas imágenes que conservo de mi llegada al surf.

Con los años, a fuerza de irnos viendo, nos fuimos haciendo casi amigos. Gustos musicales más o menos compartidos y cierto apego –más por su parte que por la mía- a subculturas de todo tipo nos daban un tema de conversación más allá de aquello de lo que pudieran hablar gente que solo se ve en el agua. Hasta conseguí que se viniera a más de un concierto de surf instrumental, género que considera demasiado light para sus espasmódicos gustos rítmicos. Alguna vez hasta reconoció haber disfrutado. El último consejo me lo dió este pasado fin de semana, creo que en la misma sesión de las fotos: “ve al In-edit (festival de cortos y documentales musicales) y no te pierdas el documental sobre Hunter S. Thompson”. Con consejos así, quién necesita asesores culturales… Hunter S. Thompson, para los que no caigáis, es –entre varias cosas más- el periodista psicótico de la película “Miedo y asco en Las Vegas”, el personaje real que inspiró la historia.


Junx –Xavi Junqueras- fue en su día Legal, batería de los Antidogmatikss, legendario combo del hardcore contestatario catalán que, como suele suceder en estos casos, no se comieron un torrao a nivel de gran público pero tuvieron un gran predicamento en determinada escena subterránea catalana de los 80. Aunque muchos no éramos precisamente de esa cuerda estilística, cualquier barcelonés con gusto por la música underground recordará aquellos años de conciertos en fiestas políticas, “casals” okupados y garitos opresivos de parecido pelaje. No hace mucho reemprendió su actividad musical (va a ser la menopausia…) con un grupo de parecido género llamado Budellam, que es una palabra catalana para significar algo así como “casquería” o “paquete intestinal”. Estos jarcoretas… :0) Pero no hagan caso, es un trozo de pan; si no me arriesgara a entrar demasiado en la intimidad –no creo, que no tiene más trascendencia el motivo, pero por si acaso- les contaría el origen del sobrenombre de Legal, para que vean si es buen chaval…

Algún año se ha venido a los festivales de Salinas, como tablonero convencido que es, aunque es de esos tipo soul surfer que afirma que la competición no casa con el espíritu del longboard.

A mí me hace especial ilusión coincidir con él en el agua, las pocas veces que pasa. Si lo véis entre las olas algún día, preguntadle cualquier cosa, es uno de los personajes locales con más cosas que contar y con más capacidad para explicarlas. Una figura habitual y discreta en el agua. Una de esas personas que convierte un baño en algo más que una sesión de surf.


Y como Norman solo le hizo un par de fotos, adjunto aquí arriba la de otro perillero ilustre y lector del blog, Jordi V., que sé que le gusta verse, del mismo día, para rellenar, porque es bonita y porque transmite velocidad; y una más, por ahí arriba, de uno de nuestros picos tabloneros favoritos (por bonito que les parezca en foto, no vayan con menos de una 8 pies, no merece la pena), ahora que ya no es precisamente un “secret spot”.

Por cierto, no he podido encontrar en la web ninguna foto en la que se le vea bien a la batería.

Para el próximo post, va otra de fotos de agua.

lunes, 13 de octubre de 2008

BAILANDO EN EL ALAMBRE (o LLEGÓ EL OTOÑO)

El otro día preguntaba Fredoviedo en su nuevo blog (fredoviedosurf.blogspot.com) qué es el surf para cada uno de nosotros.

Horas después, pensando en ello y sin razón aparente, recordé el inicio de una vieja y muy desconocida canción de los primeros 80, “Bailando en el alambre”, de Polanski y el Ardor. Y me dí cuenta de que es fácil: el surf es algo que evita que te sientas así cuando, como es mi caso, empiezas a tener más años de los que puedes creerte y te preguntas donde están los que ya han pasado:

Casi todas las puertas
se cierran en tu cabeza.
Es el principio del final y tú lo sabes muy bien,
Es jodido y tú lo sabes.
Es la misma vieja historia de siempre,
El tiempo no espera a nadie.
Ya ves que no!
Bailando en el alambre...



Y, en consonancia con el estado de ánimo de la canción, nos han llegado ya los primeros baños de apariencia otoñal. Que no fueron estrictamente el Levante esperado, pero toda ola es bienvenida.

Van unas fotos del jueves. Última hora de la tarde, muy poca luz, mar revuelto, cielo gris, unos cuantos shortboarders apiñados resguardados a la protección del espigón y las orilleras. Y un longboarder solitario a mar abierto. Una metáfora de la vida, quizás.













Habrá lectores que lo reconocerán. Para el resto, es Toni, local de gustos vintage y estilo clásico en materia de surf, y autor de una de las dos frases que encabezan la portada del blog. El tablón es un Montjuich (www.montjuichstuff.com).

jueves, 9 de octubre de 2008

MEDITERRANEAN PLEASURE

Ahora que, por fin, parece que vamos a disfrutar de un fin de semana más o menos grande y agitado (ojalá Neptuno nos escuche y sea más que menos), si bien lluvioso y gris (el cielo) y marrón (el agua), no está de más recordar otra vez lo que somos y lo que en ocasiones hace grande y placentero al mediopalmismo, que es lo que tenemos los mediometristas cuando está pequeño.


Un madrugón sin esperanzas que acaba en baño siempre es una buena recompensa al esfuerzo de levantarse de la cama a según qué horas. Aunque sea con el mínimo minúsculo surfeable incluso para nosotros, que gozamos con bien poco. El sábado pasado sucedió algo así, esa minusculez estaba glassy y se convirtió en un relax reposado, sin apenas gente, sin invento y con el agua aún caliente. Con un punto de ridículo, si quieren, porque las olas, en otros lugares, apenas serían consideradas surfeables. Pero como suelo insistir, somos de buen conformar y cuando hay hambre se comen chispas, que decían del perro del afilador... Y lo bien que saben a veces esas chispas.


Lo cierto es que fui muy optimista, porque las olas eran realmente pequeñas. Con sinceridad, a las 8.15 de la mañana, viendo sólo el tamaño de las olas (ese noseriding acaba directamente en la arena)... ¿quién de vosotros hubiera entrado?





Había un par de surfers mirando, antes de que yo llegara -habrían madrugado mucho, desde luego-, que no tenían intención de entrar. En el agua sólo estaba Bobby, un inglés de Brighton que asegura que "The Med is the real thing, man", pillando lo que podía. Después de un rato hablando con ellos frente al mar, les dije que yo me metía, que ya que había llegado allí probaba a ver. Fue ver dos olas y ya estaban cambiándose nerviosos y acelerados para entrar. Y es que a veces nos hace falta un empujoncito. Y eso que uno anda con stand up. Que conste que en invierno, con el mismo mar, no tengo intención de dárselo, los escarpines, el 4.3 y yo no somos tan buenos amigos.


Este post, de paso, será el primero dedicado personalmente. A Barlow, ese tablonero asturiano de pro que tan generosamente tuvo a bien deshacerse a un precio muy asequible de la tabla que se ve en las fotos bajo mis pies a cambio de.... ¡esto!:



Un Herbie Fletcher modelo The Thriller que pesa menos que la parafa que le pone encima y al que se le han olvidado acabar el nose. Estos longboarders progresivos y radicales, hay que ver qué aparatos se gastan... ;0)


Gracias, Gerardo, eres un amigo, un mediometrista agradecido nunca te olvidará. Y eso que no pensaba yo que una Lufi 9’1” modelo Paulo Kid , shapeada más bien para competición u olas más consistentes, pudiera funcionar con tanto gusto y clase sobre olas pequeñas. Lo afirmaba la web de Lufi, que se defendía bien en poco tamaño, y eso ayudó a que me decidiera, pero aún así desconfiaba un mucho de ello. Como cantaba Gato Pérez (o Rubén Blades. O ambos) la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.


También se lo podría dedicar a unos cuantos amigos, que seguro sabrán apreciar esa elegancia (ehemmm, pero es que si no me lo digo yo...) en el crostepping, esa solvencia, ese saber estar, ese final feliz... Pero no lo haré... :0)


Para acabar -no sé si debería decirlo- reconozco que cada vez disfruto más de sesiones como esta –bien, sumémosle un par de palmos...- que de maretones grandes y altas espumas que remontar. Va a ser la edad. O el virus mediometrista que me he ido inoculando yo sólo.