MEDIOMETRISMO: SURF EN LA COSTA CENTRAL CATALANA

Un relato gráfico y comentado sobre olas pequeñas, swells escasos y gente que hace del medio metro una forma de vida. Algunos, hasta lo convierten en una forma de expresión personal.

Y es que en realidad, si de lo que se trata es de disfrutar de la vida y el mar... ¿para qué necesitamos más tamaño?

miércoles, 4 de junio de 2008

DÉJAME UN RATITO MÁS, MAMÁ...

Una imagen muy habitual, que todos hemos visto cientos de veces, que muchos hemos fotografiado con mayor o menor gracia, pero sobre la que sólo unos pocos se habrán parado a reflexionar: el surfer pensándose si entra o no. O si vuelve a entrar o no.

¿Y qué es exactamente lo que piensa?

Bueno, pues cada uno de nosotros pensará una cosa u otra, dependiendo de su grado de originalidad mental, pero en esta cuestión también se da una diferencia fundamental entre el mediometrismo y las olas “de verdad”.



C'mon and let me know... should I stay or should I go??

Imagino -o al menos es lo que me ha pasado a mí- que a menudo un surfista plantado en la orilla frente a un mar grande, desordenado o bravo, puede estar reflexionando sobre si está físicamente preparado, si tiene el nivel suficiente para no correr riesgos, si le apetece el esfuerzo que va a soportar durante la sesión o si realmente le vale la pena meterse ahí. Hasta puede estar valorando si ha llegado demasiado tarde y la subida –o bajada- de la marea le va a fastidiar las olas. Bien, eso también te lo puedes pensar antes de ponerte el traje y te ahorras el engorro del ahora me lo pongo - ahora me lo quito, pero aceptémoslo, a muchos de nosotros nos debe haber ocurrido alguna vez. Si el/la surfer es alguien responsable y la cosa está verdaderamente seria, también puede ser que esté buscando el mejor canal para llegar bien al line-up, calculando la frecuencia de las series o analizando la calidad o características de las olas para su mejor aprovechamiento.

Aquí no. ¿Ven? Otra ventaja del mediometrismo: no hemos de calentarnos tanto la cabeza... Aquí, donde por no tener no tenemos ni mareas, cuando alguien está mirando al mar con la tabla bajo el brazo, los pensamientos más habituales son del tipo:

a) Joder, le he dicho a mi novia que la llamaría hace una hora para quedar y aquí sigo, dále que te pego, debería salir a avisarla o me veo esta noche a dos velas...

b) Pufff, ahora le he mandado un sms a éste para que no venga y no está tan mal, mejor salgo a llamarle un momento que si no se cabreará.

c) Mierda, a este lado hay muchos tabloneros. ¿Y si voy al otro lado del espigón? (En este caso, es posible que le volvamos a ver al cabo de un rato parado en la otra orilla pensando que ahí hay muchos shortboarders maquineros y que casi mejor se vuelve dónde antes...)

d) Esta ola con la que he salido es una basura. A ver si me habrá visto alguien... Voy por una más que dicen que hay que marcharse con una ola buena y hasta la arena.

e) ¿La comida familiar del cumpleaños de mi madre a qué hora era? ¿Voy bien? ¿Quién llevará reloj para preguntarle la hora?

f) Para ser mi tercer día... ¿no haré mucho el ridículo si entro con este tamaño?

g) Lo juro, no vuelvo a entrar de resacón.

O similares. Para hacerse una idea: en el caso de la primera foto, Roser se estaba pensando si le salía más a cuenta el buen rato que estaba pasando o pesaba más el frío que le causaba su traje fino por no haber reparado aún el agujeraco de su traje de invierno... Para curiosos, se fue para la furgoneta.


Roser recordándole a un chaval que Cala Balmins (aka El Cementerio) no es ola para tablas cortas...

Un día dedicaremos un “Especies autóctonas” a Roser, una persona que llegó tardísimo al surf -como tantos aquí- pero que lo ha cogido con ganas y se está stokeando seriamente. Se inició con una evolutiva y, cuando empezó a coger olas con cierto control, en lugar de bajar de tamaño, se pasó al tablón. Un signo de inteligencia por su parte.... Por cierto, en ese momento de cambio al longboard -hará unos dos años largos, así a ojo- afirmó convencida (aunque con un deje de duda irónica) que en un año haría un hang ten. Si lo consiguió o no es una historia que contaremos ese otro día...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, vaya... y tu tienes el mar cerca... y te lo piensas.
A mi en cambio me pilla lejos y cuando llego, son tal las ganas que tengo que me meto, luego una vez dentro, ya es cuando te piensas si esta mal/bien/pequeño/grande/revuelto...

Pero te vas de cabeza al agua... auqnue yo me lo pienso muy mucho y sobre todo cuando hay mucho tamaño... "ufff las espumas"... "la corriente"...

En una cosa si tienes razon... con medio metro se esta muy bien, ;-)

Te dejo un regalo:

http://www.youtube.com/watch?v=cUo5FeWC5NU&eurl=http://rockandlong.blogspot.com/

sacado de otro blog tablonero.

Que lo disfrutes!

Un saludo!

Anónimo dijo...

Ese video lo había visto en rock&long, en efecto... pero no pude abrirlo. Ahora sí, gracias... aunque mejor me hubiera quedado quietecito... sniffff... Eso para mí es la definición perfecta del paraíso... :0)))) Por eso la gente no me entiende mucho cuando hablando de surfaris lejanos y soltando todos las típicas indonesiadas, australiadas y africanadas yo digo que me hace ilusión especial surfear... Waikiki. :0)

Por lo otro, es que ser surfer mediterráneo es jodido, pero serlo de interior debe ser duro. Muy duro. Ánimo!

Otra cosa: yo me lo pienso más bien pàra entrar. Algún día, con los años, pero poco...

KingMatt dijo...

mmmmmmm????

Pues yo voy, JEJE.

Te ha gustado mi tierra EHH??

Alex Knost, se suma a Tudor, en Salinas 2008, pasate por el Foro.

Un Saludo.

Anónimo dijo...

"poco"

En mi texto quería decir que me lo pineso más bien poco para entrar...

Kingmatt, qué dices? que te vieens a waikiki? :0)