-¿Qué quieres decir? Esos tíos están tan pillados que surfearán toda la vida- replicó Denny
Bear cogió las tijeras oxidadas y las tiró sobre el banco de trabajo. La tabla ya estaba envuelta en fibra de vidrio.
-Nadie surfea para siempre – dijo.
Los dos amigos se miraron el uno al otro, desconcertados. Observaron a Bear mientras iba hacia una pila de cubos y empezaba a abrir una lata de resina.
-Tú todavía lo haces, ¿no, Bear?- preguntó Denny.
-Sólo cuando es necesario.
Hace dos domingos, que me quedé a dormir en la ciudad, un pelín resacoso, entretuve la resaca de la misma manera en que lo hacía cuando era residente del centro urbano más bullicioso: dándome una vuelta matutina por el mercadillo dominical del Mercat de Sant Antoni. Durante mucho tiempo fue un magnífico lugar para encontrar pequeños tesoros en forma de libro o disco, aunque la pérdida de valor de los objetos de cultura popular y el terreno que han ganado en los tenderetes los dvds porno y los tan poco interesantes videojuegos han reducido el interés de la caza. Aún así, es bonito darse una vuelta (nunca mejor dicho, porque el recorrido da la vuelta completa al edificio del mercado) y observar la entrañable degradación de una casta de buscadores que se resiste a desaparecer.
De hecho, iba sólo de paseo. Como mucho en busca de buena novela negra a precio de saldo (tuve suerte: un interesante Harlan Coben, “Tan sólo una mirada”, en tapa dura a 4 euros). Pero como siempre se encuentra lo que no se busca, desde un rincón me llamó la reciente edición de “El gran miércoles” que Ediciones Pàmies ha publicado en castellano, la novela que John Millius y Dennis Aaberg sacaron del guión de la conocida película referencia de la cinematografía surf. Como estaba en perfecto estado y barata, me la compré. No lo había hecho en su momento porque intuía lo que en efecto iba a pasar, que la traducción fuera una mierda. ¿Tanto cuesta que el traductor busque a alguien que conozca la terminología del surf? En fin, no es el tema ahora... Aún así, la empezé a leer y me encontré enseguida con la transcripción de esa escena, que todo buen fan de la película será capaz de recordar de inmediato en imágenes (y para los que no, ahí arriba hay un fotograma).
Lo que me ha hecho reflexionar –que para eso los libros dan más tiempo que las películas- es que en la novela, Bear, un personaje que aparentemente está de vuelta de todo, considerado en el surf ya no por su capacidad para practicarlo sino sólo por su sabiduría y experiencia (que es como decir que está acabado) es...”un viejo de treintaytantos años”.
Evidentemente, los tiempos han cambiado y hoy hay gente que empieza cuando a Bear ya lo hubieran jubilado y echado a los mejillones, pero aún así... ¿surfearemos para siempre? ¿O sólo cuando sea necesario?
¿Cuando es necesario?
¿Lo era para mí hacer 40 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta el domingo pasado a las 8 de la mañana, con 10 grados, para surfear unas olas cintureras (“pero guapas”, que dirían en el Màlaga Surf Club)?
¿Ha dejado el surf realmente de ser una forma de entender y justificar la propia existencia -como lo era para Bear, algo que no se puede malgastar? ¿Se puede estar hoy tan stoked como lo estaban en los primeros 60 en las playas de California si la respuesta a la anterior pregunta es afirmativa?
La cuestión de qué es el surf es un habitual del existencialismo de sus practicantes (al menos de aquellos con cerebro suficiente para desarrollar plantamientos mentales más allá del típico "¡he pillado una bomba de puta madre!" de nuestras revistas de surf). Y como suele ser habitual, la pregunta tiene centenares de respuestas posibles. Tantas como surfers la respondan. Yo he dejado de planteármelo de manera filosófica. Aunque cada vez me da más pereza, siempre entro. Aunque cada vez me duelen más las rodillas y el hombro derecho, siempre entro. Aunque en determinadas condiciones de escasa calidad a menudo parezco el padre del resto de surfers en el pico, siempre entro. Aunque cada vez más habitualmente me pregunto “qué hago yo aquí?” cuando estoy ahí flotando para nada con la de otras posibilidades que ofrece el mundo en esos momentos, siempre entro. En resumen, por si no ha quedado claro, que siempre entro.
Es decir: que me pregunto, pero no me respondo.
O quizás sea más fácil: puede que para mí, siempre sea necesario. Que sólo vaya a dejar de entrar cuando no pueda más. Pero no mentalmente, sino físicamente.
Probablemente por eso nunca me den un papel de Bear en la futura gran película del surf.
Porque para pensar, me gusta más hacerlo sobre otras cosas. Y el surf, simplemente disfrutarlo. Sólo cuando sea necesario. Y probablemente lo sea siempre. Para disfrutar de la vida cuando esta vaya más o menos bien. Para distraer las dificultades y las penas cuando éstas se presenten.
Que siempre lo hacen, de una u otra manera.
15 comentarios:
Por cierto, que aunque en el libro la foto no está acreditada ni titulada, juraría que el de la portada desenfocada es Gerry Lopez haciendo el cafre sobre una Lightning Bolt, que estos detalles siempre hay alguien al que le gustan.
ummmmmm,te comentaré en tu correo algunas curiosidades de la peli...para evitar oír estupideces...
Tampoco es pa tanto, hombre, no te sientas autocensurado. Mejor que las disfruten todos, que seguro son interesantes. Si hay que cortar, ya meteré tijera yo, no te preocupes.
Además, unos piques sanos siempre aportan sal y pimienta al blog, en serio. Y estoy tranquilo porque desde que tengo ubicado a tu (nuestro) amigo Ll-a-d ya sé que la cosa no pasará a mayores. Coincidimos demasiado a menudo en el agua para que se atreva... :0)))))))))))))
Joder, qué post más reflexivo hermano :p
Yo creo que si estás enganchado al surf, nunca dejarás de practicarlo, aunque estés a centenares de kilómetros del mar, siempre recrearás esa sensación en tu mente o pillarás un patín de algún tipo pa surfear el asfalto.
Creo que físicamente nunca se es demasiado mayor para pillar olas, cada vez duelen más las huesos y articulaciones, pero contra más años, más calma al surfear, supongo.
Espero tener razón y llegar a los 60 pudiendo surfear :)
¡Qué sábado más divertido este pasado!
Un saludo
Antuan
Cada dia más pereza, dolores...¿y emoción? Eso no se pierde...Quizás en algunos casos la emoción y el "éxtasis" (como le llamaban en una peli que vi el otro dia) es algo que no solo no merma, sinó que va creciendo, cada dia, cada baño...cada ola.
No es por ponerme gilipollas, pero el que solo habla de "pillé unas bombas de puta madre" con 15, lo seguirá haciendo con 50...o por lo menos envidiando a los que lo hacen. Del mismo modo, creo que el que ve "esa otra faceta" de esta forma de vida, la verá toda la vida. Aunque tenga 90 años y viva a mil kilómetros del mar. Realmente esto te cambia por dentro.
P.D. No leí el libro, pero el Gran Miércoles es una de mis películas preferídas. En la Glide número 6 vino un artículo interesantísimo sobre Milius y la peli con cosas que no se me habrían ni ocurrido (analogía de la tabla Modelo Matt Johnson con Excálibur, la espada del rey Arturo) y cosas así. Impresionante.
Un saúdo y Aloha!
JUR... Ya me parecia algo raro el tema del Principe y Llarga Dura...
Pienso que si no disfrutas surfeando, realmente no surfeas.
Pienso y lo creo.
Un saludo LG!!!!
BaTuSaO
PD: voy a tener que ver esa peli...
no es que pase nada, pero no necesito a nadie dándome la brasa.
Siempre tengo a la gente analizándome lo que hago y digo continuamente y no necesito más...
Así comentaré libremente y este se quedará con las ganas.
Me ofendes nombrandolo como amigo…
Yo pienso seguir surfeando mientras pueda entrar en el mar. Supongo que a partir de cierta edad lo haré sin tabla, pero me veo como aquellos viejos de la añorada BCNeta que entraban al agua todo el año en bañador. Ese bañito espero disfrutarlo toda la vida. Eso sí, en invierno mejor en Canarias que no por aquí.
Niegà
P.S.: Y las historietas de abuelito cebolleta que pienso contar a todos los chavales que vea llegar con una tabla!!! Esas no me las quita nadie!!! Y como todos sabemos, hablar de surf es mucho más satisfactorio que surfear en sí!!!
Tengo la sensación de que seguiré surfeando mientras me vea capaz fisica y mentalmente de poder eludir una situación de riesgo en el agua (que las hay). Espero que me queden muchos años aun. Un saludo Luis.
Luis, eres padre?
SI. Preguntado y respondido. Eso de preguntarse qué hago aqui es muy común con este tipo de apremios esperando en casa.
Una bomba de esas, quizás lo vengan a decir los que vivan en playas que permiten bombas de esas con regularidad rutinaria. Como nuestra irregularidad mediometrera rutinaria. Y en eso hemos crecido, y cuando el mar crece, nos agarrotamos porque no usamos de bombas, usamos medios metros, o cuarto y mitad que dice mi tendero.
Un tobillero pero guapo me motiva y me cautiva mas. Y como dice el tito Niega, hablar de surf es muy gratificante tambien, pero no mas qu el surf.
Y yasta. Pierde tu tiempo flotando, mientras tu mente se pone en linea con el universo.......... o se desalinea con el sistema?
Intentare surfear hasta que me arrastre nunca he sabido colgar las botas a tiempo.
Bear, dijo:
"Los amigos, siempre los amigos."
Sikorsky
aka presi del malaga surfing club.
Desde fa un temps cap aquí, i desde una desastrosa traducció sobre un llibre força esperat, tota edició en castellà de llibres foranis fa bastanta por. Una dada tristement interessant.
Els perssonatjes "de volta de tot", en la vida real, curiosament han surfejat poc, a l'aigua son bastant desastrosos i no els hi agrada passar desapercebuts (totalment al contrari que al Bear de la película).
No es que cregui que es pot deixar el surf per molt que t'agradi, sino que com continuem a aquest ritme, pensso que jo també ho deixaré, igual que altres abans.
Llarga-ampla-i-dura
Pd: Luser, sigues sincer... ha de ser un troll. xDDDDDDDDD
Lo que yo tengo claro es que si no lo he dejado ya, ya no lo dejaré. Incluso eso lo tienen asumido ya mi mujer, mis padres, mis colegas y hasta mis hijas de 4 y 6 años.
HE pasado por todo tipo de momentos. A la vuelta de mi viaje de casi un año a Australia; a la vuelta de indonesia; después de un periodo de "absorvimiento total" en uno de mis curros...
Al final siempre he vuelto, pero siempre ha sido gracias a un cambio de enfoque: empecé con un corcho y me cansé de no encontrar olas adecuadas; empecé a surfear a dorpknee y descubrí otra visión de la ola; lo aburrí de nuevo y me compré un trifin de esos de papel con un nose en forma de rulo... pero como no pillaba una mierda volví a lo que conocía. Después de la siguiente depresión me monté en un tablón y descubrí de nuevo las olas; entendí la hydrodinámica y las leyes físicas más elementales y me deseñé una tabla para mediterráneo (que resultó ser un fish rojo).
Al final, tengo lo que necesito,un quiver de 5 tablas que van de las 41'5" a los 9'4". Sea lo que sea lo que nos eche nuestro Medi, ¡yo voy, y seguiré yendo, pa-lagua!
hay momentos para todo en la vida,segun mi punto de vista....
Un alejamiento temporal puede ofrecerte un punto de vista diferente..
Como cuando miras algo tan de cerca que lo ves todo borroso... te alejas un poco y empiezas a ver todo mucho mas claro...
Yo tengo tan asumida mi dependencia que mi chica me suele predecir el humor por los días que llevo en dique seco. Tan asumida que en pocos meses (espero) abandono la ciudad por un pueblo norteño (catalán) y costero. Tan asumida que tras mi último accidente, en el que arranqué una quilla con tapones y todo, mi suegra me ha regalado una tabla nueva "para no verte tan triste hasta que te arreglen la tuya".
Eso sí, no sé si seré yo el que abandone el surf o el surf el que me abandone a mí... La vida da muchas vueltas, hermanos.
Salud y buenas olas,
TF
Por cierto, este finde tuve el gran placer de conocer a Dave y la verdad es que es un gran tipo.
Una persona de las que uno tiene muchas cosas que aprender.
Espero que el campeonato de long dure al menos, tantos años cómo él lleva viviendo en catalunya.
Publicar un comentario