Hay días en los que vale más la pena que otros levantarse de la cama y difundir las bondades y la palabra del Mediometrismo por esas playas del mundo; porque luego resulta que el Mediometrismo es agradecido y una mañana cualquiera, inesperadamente, va y te retribuye.
Sábado pasado por la mañana. El platazo habitual en todos los confines mediterráneos que abarcaba mi ojo y el de las múltiples cámaras que peinan el litoral barcelonés. Apenas un ligerísimo mar de fondo paralelo a la costa en el horizonte. Nada nuevo bajo el sol, por otro lado. Así que decido cargar a la familia y aprovechar al aire libre el magnífico día todavía estival que entraba por las ventanas.
De manera sorprendente, nos subimos a la furgoneta –donde siempre está preparado y en perfecto estado de revista el material de trabajo- en lugar de al coche de diario, que es el que utilizamos para actividades normales (y en el que, por otro lado, no me cabría el material de surf a menos que decidiera hacerme corchero).
Enfilamos para un lugar curioso, nada desconocido aunque poco usual y urbanizado, donde yo había ido a parar no hace mucho por cuestiones diferentes al surf y apreciado su potencial "paseístico". Allí nos pasamos alrededor de una horita en la playa, con el niño patinando, corriendo y subiendo a los columpios mientras yo miraba con deseo el escaso palmillo perfecto que se levantaba sobre la arena... y que ya era sorprendente para cómo estaba el resto de la costa.
Al rato, decidimos movernos para otro sitio y, al dirigirnos a buscar el camino de salida, al que se accede por lugar diferente al de llegada, al rodear una edificación me encuentro a lo lejos con la vista de cinco tios en el agua... ¡cogiendo olas!
Al parecer, según ví y me contaron, todo se debe a una acumulación de arena causada por la desembocadura de una riera; es creíble, porque las olas rompen sobre apenas medio metro de fondo. Pero da igual, con esas olas no va uno a caerse de cabeza, digo yo. Así que a aparcar precipitada y nerviosamente y adentro; y lo que era una anodina sesión matinal de entretenimiento familiar acabó como se ve en las fotos que ilustran la entrada, disfrutando con otra sesión, pero esta de surf, que son las que valen. Una horita, y porque había que irse a comer. Menos mal que llevábamos cámara, porque si no ni yo mismo me hubiera creído. Todo lo demás estaba plato.
Sé que resulta absurdo hablar de secret spots en el área metropolitana de Barcelona. No puede ser ningún secreto –de hecho me contaron que los días buenos se han contabilizado ahí 20 personas, que son las suficientes como para que no sea ningún secreto pero muy pocas para lo que es habitual por aquí- porque está en un àrea muy poblada y transitada, pero como la ubicación concreta es un tanto peculiar, bastante a trasmano y los escasos locales me atendieron muy amablemente, tampoco hace falta pregonar su ubicación a los cuatro vientos por internet. Al menos hasta que me asegure si, efectivamente, funciona habitualmente con tan poco mar y lo haya disfrutado lo suficiente... :0)
Por cierto, tablón only, no da para más. Como diría mi amigo malagueño Psikorski, "rodillero pero guapo". Riánse si gustan aquellos habitantes de tierras con olas al ver las imágenes y el tamaño de las presuntas olas, pero no saben Vdes. lo que alegra el día y se agradece encontrar algo así en el habitual plato mediterráneo.
Ah, y disculpen el abuso del uso de fotos personales. Los que seguían este foro anteriormente sabrán que tampoco se me iba la mano colgando fotos mías en el agua, pero en este caso son las únicas que tengo para ilustrar el lugar.
Y gracias, Mediometrismo, seguiré difundiendo tu voz, si a cambio he de recibir regalos de este tipo... Si puede ser más a menudo tampoco pasa nada, hombre...
5 comentarios:
esas olas son para ir sin invento. salud
disfrutate más que el niño!!!
Sí que disfruté, sí...:0)
Y desde luego que esas olas son para ir sin invento. Luego me lo quité, como se ve en una de las fotos, en que ya no llevo. Pero al principio, entre que las olas rompían muy cerca de unas rocas y que había un par de novatos muy novatos en el agua, pensé que no valía la pena arriesgar nada.
De todas formas, es curioso. Soy de los poquísimos tabloneros por aquí que de vez en cuando no usan invento -porque la verdad es que molesta un montón- y siempre que me lo quito me dicen, incluso mis amigos, si lo hago para hacer el fantasma. No lo entiendo muy bien. Lo hago para ir más concentrado, disfrutar más y aprender a acabar mejor las olas, que con el invento es muy cómodo dejarse ir. Pero no está muy bien visto popr aquí, no. Y eso que sólo lo hago cuando está fácil y pequeño y hay poca o muy poca gente.
Lo de siempre, hay opiniones para todo.
Vaya envidia de baño. Mi nivel es mínimo pero en cuanto puedo el invento se queda en la arena.
Salut!
YEAAAAAAHHHHHHHH precioso y gracioso.
Ademas esos dias te hinchas a remar como un poseso....... los ves ahi, no hay fatiguitas de tabla corta....... lo quieres todooooo
Yeashhhh
Sikorsky
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