Aquí no somos menos que en "El gran miércoles". También tenemos nuestra pintada mítica, indeleble, inasequible al desaliento e inmune al hecho de que, de cada veinte
surfers que se bañan delante de sus narices, 18 sean
shortboarders. Ahí está, orgullosa, en el muro sobre el espigón de Port Ginesta, en Castelldefels, junto al canal de entrada. Desde hace por lo menos 10 años. O más. Y sin que nadie se atreva a borrarla, o a pintar encima, cuando el resto del muro está lleno de graffittis. Algo tiene que da respeto e impide su desaparición.
Here longboards only!
Desde luego, mucho más un deseo que una realidad y mucho más una broma que una muestra de localismo. Esto último lo afirmo porque sé quién la pintó. Algo que me sorprendió bastante cuando me enteré, por otro lado. Un tío serio, hoy respetado padre de familia, etc... etc... Pecadillos de juventud, imagino. Y, en todo caso, mejor dejarse influenciar por "The Big Wednesday" que por "Le llaman Bodhi", que de esos tuvimos unos cuantos también... La pintada me recuerda también cómo hemos cambiado. Cuando apareció sobre el muro, en esa playa entrábamos diez personas. Yo creo que aún iba con tabla corta y todo... Hoy diez personas entran ahí "a surfear" los días que está plato... mientras otras veinte se cambian en la arena a la espera de que el medio palmo crezca a palmo.
Por otro lado, lo dicho a menudo: ser local en esta costa es lo mismo que ser gilipollas. Con 150 personas -contadas en Barceloneta la semana pasada- en el agua en un pico... ¿qué vas a hacer, pegarte con todas? En general y salvo excepciones y actitudes muy concretas, el localismo exacerbado siempre me ha parecido una actitud bastante estúpida y cretina. Pero aquí además se convierte en algo absurdo, surrealista y totalmente falto de cualquier efectividad. ¿A cuanta gente vas a acojonar, a 20? Pues aún te quedaran 130 en la sesión... Aunque hay gente que no lo acaba de pillar. No puedo afirmar la veracidad de la historia, de la que no fui testigo directo, pero me contaron que ese mismo día un
surfer de origen sudamericano le partió la cara a uno de aquí al grito de "¡yo llevo tres años aquí, esta playa es mía!".
Tres años, oiga. Al parecer no sirvió de mucho que el otro le dijera que había nacido aquí...
Por otro lado, sirva este ejemplo para los que me preguntan por qué no voy a surfear a la ciudad. Yo quiero disfrutar en la medida que pueda de los baños. Y discutir tras cada ola y verme obligado a reprimir las ganas de pasarle la quilla por encima a alguien no es mi concepto de disfrutar. Así que no voy y punto, que hay muchos otros sitios.
Acompaño con unas cuantas fotos del minitemporal de antes de ayer. Lo de siempre: que si profunda perturbación, que si borrascote con vientos de sur, que si seguro bañazo... para que nos salga la mierda de mar asqueroso desfasado de viento de siempre, que sólo dejó algo de sesión digna ayer por la tarde, un rato que salió el sol y paró el viento. Al menos estaba en el sitio indicado a la hora adecuada.
Si no surfeable, estuvo bonito de ver y permitió reflexionar sobre lo duro que es estar en fase de aprendizaje. Cuando llevas tiempo en esto ya no te metes en esos caldos en ebullición. Mucho tiene que apretar el mono. Pero los dos que lo hicieron en Port Ginesta mientras estaba por allá con las fotos lo pasaron bastante mal. El duro proceso de la novatada... Inmortalizaremos a uno aquí arriba, por el esfuerzo y la dedicación. Ya sabéis, clikad encima de las fotos para verlas mejor, que si no pierden mucho.
En fin,
here longboards only, ya me gustaría. De momento me conformo con que hayan olas...