MEDIOMETRISMO: SURF EN LA COSTA CENTRAL CATALANA

Un relato gráfico y comentado sobre olas pequeñas, swells escasos y gente que hace del medio metro una forma de vida. Algunos, hasta lo convierten en una forma de expresión personal.

Y es que en realidad, si de lo que se trata es de disfrutar de la vida y el mar... ¿para qué necesitamos más tamaño?

jueves, 22 de octubre de 2009

HERE LONGBOARDS ONLY

Aquí no somos menos que en "El gran miércoles". También tenemos nuestra pintada mítica, indeleble, inasequible al desaliento e inmune al hecho de que, de cada veinte surfers que se bañan delante de sus narices, 18 sean shortboarders. Ahí está, orgullosa, en el muro sobre el espigón de Port Ginesta, en Castelldefels, junto al canal de entrada. Desde hace por lo menos 10 años. O más. Y sin que nadie se atreva a borrarla, o a pintar encima, cuando el resto del muro está lleno de graffittis. Algo tiene que da respeto e impide su desaparición.

Here longboards only!



Desde luego, mucho más un deseo que una realidad y mucho más una broma que una muestra de localismo. Esto último lo afirmo porque sé quién la pintó. Algo que me sorprendió bastante cuando me enteré, por otro lado. Un tío serio, hoy respetado padre de familia, etc... etc... Pecadillos de juventud, imagino. Y, en todo caso, mejor dejarse influenciar por "The Big Wednesday" que por "Le llaman Bodhi", que de esos tuvimos unos cuantos también... La pintada me recuerda también cómo hemos cambiado. Cuando apareció sobre el muro, en esa playa entrábamos diez personas. Yo creo que aún iba con tabla corta y todo... Hoy diez personas entran ahí "a surfear" los días que está plato... mientras otras veinte se cambian en la arena a la espera de que el medio palmo crezca a palmo.



Por otro lado, lo dicho a menudo: ser local en esta costa es lo mismo que ser gilipollas. Con 150 personas -contadas en Barceloneta la semana pasada- en el agua en un pico... ¿qué vas a hacer, pegarte con todas? En general y salvo excepciones y actitudes muy concretas, el localismo exacerbado siempre me ha parecido una actitud bastante estúpida y cretina. Pero aquí además se convierte en algo absurdo, surrealista y totalmente falto de cualquier efectividad. ¿A cuanta gente vas a acojonar, a 20? Pues aún te quedaran 130 en la sesión... Aunque hay gente que no lo acaba de pillar. No puedo afirmar la veracidad de la historia, de la que no fui testigo directo, pero me contaron que ese mismo día un surfer de origen sudamericano le partió la cara a uno de aquí al grito de "¡yo llevo tres años aquí, esta playa es mía!".

Tres años, oiga. Al parecer no sirvió de mucho que el otro le dijera que había nacido aquí...




Por otro lado, sirva este ejemplo para los que me preguntan por qué no voy a surfear a la ciudad. Yo quiero disfrutar en la medida que pueda de los baños. Y discutir tras cada ola y verme obligado a reprimir las ganas de pasarle la quilla por encima a alguien no es mi concepto de disfrutar. Así que no voy y punto, que hay muchos otros sitios.

Acompaño con unas cuantas fotos del minitemporal de antes de ayer. Lo de siempre: que si profunda perturbación, que si borrascote con vientos de sur, que si seguro bañazo... para que nos salga la mierda de mar asqueroso desfasado de viento de siempre, que sólo dejó algo de sesión digna ayer por la tarde, un rato que salió el sol y paró el viento. Al menos estaba en el sitio indicado a la hora adecuada.


Si no surfeable, estuvo bonito de ver y permitió reflexionar sobre lo duro que es estar en fase de aprendizaje. Cuando llevas tiempo en esto ya no te metes en esos caldos en ebullición. Mucho tiene que apretar el mono. Pero los dos que lo hicieron en Port Ginesta mientras estaba por allá con las fotos lo pasaron bastante mal. El duro proceso de la novatada... Inmortalizaremos a uno aquí arriba, por el esfuerzo y la dedicación. Ya sabéis, clikad encima de las fotos para verlas mejor, que si no pierden mucho.

En fin, here longboards only, ya me gustaría. De momento me conformo con que hayan olas...

martes, 13 de octubre de 2009

BACK FROM THE WAVES II (Bonus track: REIR POR NO LLORAR)

Qué bonito es que, después de tres días de fiesta mirando un mar tan liso y plano como mi barriga hace 20 años, el mismo día en que vuelves a trabajar entre el rebote de la Tramuntana (un viento norte propio de la Costa Brava) y te llamen varios simpáticos amiguitos del turno de mañana (de esos que o no trabajan o trabajan por la tarde) para decirte que en determinados sitios hay olas glassy, tamaño hombro y con leve viento off-shore.

Qué bonito es saber que hasta las tres de la tarde no podrás acercarte, sabiendo como sabes que estos reflujos pueden durar apenas horas y que, aunque dure algo más, hay muchas posibilidades de que a esa hora haya entrado el viento térmico propio de la zona y lo haya estropeado todo.

Qué bonito es estar aquí, intentando currar, sabiendo esas cosas. Algún día aprenderé a aplicar el refran "ola que no has de surfear, déjala correr", pero de momento me sigue costando... Y es que no es lo mismo estar en casa y no ir porque no quieres, que no ir porque no puedes.



En fin, tocará consolarse con otra (después de la de los Donkeys) de aquellas canciones que uso para volver de las sesiones. Aunque no he fumado en mi vida, según veo en las películas debe hacer el mismo efecto del cigarrillo post-polvo; es decir, amplificar el placer del recuerdo de lo vivido inmediatamente anterior.

Últimamente me ha dado por repetir canciones en el cd de la furgoneta a la vuelta de los baños. No me pregunten por qué, no tengo una razón clara, pero me parece que así reproduzco y alargo el placer de la sesión.

Hoy adjunto una de un grupo del que muchos fundamentalistas indies abominan (sin razón alguna) por la millonada que vendieron gracias al inesperado éxito de "Mr. Jones" y por sus ligeros resabios de rock clásico. Ya se sabe que para muchos, cuando un grupo vende, es irremediablemente pasto de acusaciones de mediocre y comercial. No es el caso. Aunque no es ni de lejos mi grupo ni estilo favoritos, esta canción es una joya. Y llamar comerciales a alguien que saca un single de 7 minutos... Como este no es un blog de música, tampoco voy a entrar al detalle del grupo y sus miserias. Sólo digo que escuchar una y otra vez "Mrs. Potter 's lullaby" a la vuelta de una sesión me pone. A lo que ayuda esa fantástica primera estrofa, cuya letra tiene algo de sensación post-surf, con ese "nunca puedes escapar, sólo puedes moverte hacia el sur por la costa"... Yo aquí casi siempre surfeo "hacia el sur".

Well I woke in mid-afternoon cause that's when it all hurts the most
I dream I never know anyone at the party and I'm always the host

If dreams are like movies, then memories are films about ghosts

You can never escape, you can only move south down the coast



(foto: David Walton)

Acompaño una foto de una de las escasas sesiones que nos ha dejado este septiembre, a la vuelta de la cual escuché esta canción mientras giraba a izquierda y derecha por la long and winding road de las costas del Garraf. Más que nada para que no parezca que hay demasiada letra.

Y eso: que si, como dice la canción, si los sueños son como películas entonces los recuerdos son grabaciones de fantasmas, yo tengo la cabeza llena de olas fantasmagóricas...

miércoles, 7 de octubre de 2009

¿PARA QUÉ SEGUIRÁ HABIENDO OLAS...

... si ya se han ido los turistas?



Viñeta del Roto de hace muchos años. No la tengo datada, pero por lo menos 7 u 8. Mucho antes de que lo echaran de El País, cuando era una referencia del humor gráfico periodístico, aunque el 90% de las veces no había quien pillara ese humor. O quizá por eso.

Aunque dudo que el autor pensara en los surfistas al dibujarla, le salió muy adecuada. Al menos, sólo los practicantes de surf eran capaces de entender qué hacía esa viñeta enmarcada en el pasillo de mi antigua casa, Hoy la he encontrado, buscando otra cosa, y le volveré a preparar un hueco en la pared, porque cuando se acaba el verano y se van los turistas, quedamos nosotros.

lunes, 5 de octubre de 2009

SECRETSPOTTING CON LONG

Hay días en los que vale más la pena que otros levantarse de la cama y difundir las bondades y la palabra del Mediometrismo por esas playas del mundo; porque luego resulta que el Mediometrismo es agradecido y una mañana cualquiera, inesperadamente, va y te retribuye.

Sábado pasado por la mañana. El platazo habitual en todos los confines mediterráneos que abarcaba mi ojo y el de las múltiples cámaras que peinan el litoral barcelonés. Apenas un ligerísimo mar de fondo paralelo a la costa en el horizonte. Nada nuevo bajo el sol, por otro lado. Así que decido cargar a la familia y aprovechar al aire libre el magnífico día todavía estival que entraba por las ventanas.

De manera sorprendente, nos subimos a la furgoneta –donde siempre está preparado y en perfecto estado de revista el material de trabajo- en lugar de al coche de diario, que es el que utilizamos para actividades normales (y en el que, por otro lado, no me cabría el material de surf a menos que decidiera hacerme corchero).

Enfilamos para un lugar curioso, nada desconocido aunque poco usual y urbanizado, donde yo había ido a parar no hace mucho por cuestiones diferentes al surf y apreciado su potencial "paseístico". Allí nos pasamos alrededor de una horita en la playa, con el niño patinando, corriendo y subiendo a los columpios mientras yo miraba con deseo el escaso palmillo perfecto que se levantaba sobre la arena... y que ya era sorprendente para cómo estaba el resto de la costa.

Al rato, decidimos movernos para otro sitio y, al dirigirnos a buscar el camino de salida, al que se accede por lugar diferente al de llegada, al rodear una edificación me encuentro a lo lejos con la vista de cinco tios en el agua... ¡cogiendo olas!

Al parecer, según ví y me contaron, todo se debe a una acumulación de arena causada por la desembocadura de una riera; es creíble, porque las olas rompen sobre apenas medio metro de fondo. Pero da igual, con esas olas no va uno a caerse de cabeza, digo yo. Así que a aparcar precipitada y nerviosamente y adentro; y lo que era una anodina sesión matinal de entretenimiento familiar acabó como se ve en las fotos que ilustran la entrada, disfrutando con otra sesión, pero esta de surf, que son las que valen. Una horita, y porque había que irse a comer. Menos mal que llevábamos cámara, porque si no ni yo mismo me hubiera creído. Todo lo demás estaba plato.

Sé que resulta absurdo hablar de secret spots en el área metropolitana de Barcelona. No puede ser ningún secreto –de hecho me contaron que los días buenos se han contabilizado ahí 20 personas, que son las suficientes como para que no sea ningún secreto pero muy pocas para lo que es habitual por aquí- porque está en un àrea muy poblada y transitada, pero como la ubicación concreta es un tanto peculiar, bastante a trasmano y los escasos locales me atendieron muy amablemente, tampoco hace falta pregonar su ubicación a los cuatro vientos por internet. Al menos hasta que me asegure si, efectivamente, funciona habitualmente con tan poco mar y lo haya disfrutado lo suficiente... :0)


Por cierto, tablón only, no da para más. Como diría mi amigo malagueño Psikorski, "rodillero pero guapo". Riánse si gustan aquellos habitantes de tierras con olas al ver las imágenes y el tamaño de las presuntas olas, pero no saben Vdes. lo que alegra el día y se agradece encontrar algo así en el habitual plato mediterráneo.

Ah, y disculpen el abuso del uso de fotos personales. Los que seguían este foro anteriormente sabrán que tampoco se me iba la mano colgando fotos mías en el agua, pero en este caso son las únicas que tengo para ilustrar el lugar.

Y gracias, Mediometrismo, seguiré difundiendo tu voz, si a cambio he de recibir regalos de este tipo... Si puede ser más a menudo tampoco pasa nada, hombre...

viernes, 2 de octubre de 2009

¿PARA QUÉ SIRVE EN REALIDAD EL MEDIOMETRISMO?

Tengo la prueba gráfica. A partir de determinadas edades, un torpe giro a pie cambiado en una ola cinturera es la única manera de que te mire atentamente una chica guapa. Incluso llevando bañador encima del traje corto, esa moda tan incomprendida y que tan pocos somos capaces de lucir con dignidad. :0)


Foto: Clau

Ah, que estaba asegurándose de que no le daba con el tablón... Ya me parecía a mí...