MEDIOMETRISMO: SURF EN LA COSTA CENTRAL CATALANA

Un relato gráfico y comentado sobre olas pequeñas, swells escasos y gente que hace del medio metro una forma de vida. Algunos, hasta lo convierten en una forma de expresión personal.

Y es que en realidad, si de lo que se trata es de disfrutar de la vida y el mar... ¿para qué necesitamos más tamaño?

lunes, 7 de septiembre de 2009

LIVING ON THE OTHER SIDE

Aunque a la revista Glide no le parezca bien –o al menos así constaba en un tristemente notorio artículo en que se acusaba de posers a los surfers mediterráneos por pasarse los veranos en lugares con olas, como si fueran “surfers de verdad”, pobrecitos ingenuos ellos- a mí me sigue apeteciendo utilizar las vacaciones para imaginarme como puede sentirse en el día a día alguien que tiene las olas en la puerta de su casa y a disposición continua.



Así que, sin irme demasiado lejos ni buscar excesiva aventura, que uno ya está demasiado bien acostumbrado para dormir según dónde, cargué a la familia en la furgoneta y nos pasamos 30 días al borde de diversas playas. De esos 30 días, surfeé 28. De los dos que no, uno me lo tomé de descanso y el otro me lo pasé mirando como Pepe Hevia, el organizador del Salinas Longboard Festival, intentaba que pareciera que el Mongol (en Gijón) guarro, gris y lluvioso era una opción vàlida para surfear el día. No me convenció, así que me dediqué a mirar... Por cierto, que ese día me sirvió para conocer la existencia del “humor astur”; pensaba que su único representante era Henry Felgueroso, pero saber que a esa conocida ola le llaman El Mongol por estar delante de un centro de tratamiento para discapacitados psíquicos hace suponer que la cosa viene de antiguo...



En fin, que una vez regresado de semejante festín de olas, me encuentro en el mismo páramo de siempre; anclado en un lugar lleno de gente desesperada en el que no entra una ola desde principios de julio. Tal y como suena: muchos surfers que no han podido salir de aquí en verano están empezando a colapsar las urgencias psiquiátricas de la sanidad pública catalana, atacados por un síndrome de abstinencia desbocado.






A mí se me ha juntado el síndrome depresivo postvacacional con el de abstinencia. Y es que pasar otra vez de ser surfer full-time (mediocre, si quieren, pero surfer al fin y al cabo) a puto trabajador de despacho es duro, oigan. Y en eso estaba yo sufriendo y pensando cuando el sábado por la tarde me pareció ver en una web cam que entraban unas miserables espumillas por la zona del Maresme. Allí que me fuí, desesperado y sin expectativas ningunas, como el yonqui terminal que se chuta polvo de tiza para engañar al cuerpo (salvando las distancias, que la comparación puede parecer un poco exagerada). Me acabé metiendo un buen rato y, según cómo, hasta se le podrían llamar olas a aquello que surfeé.



Cuando volvía, a eso de las 8 de la tarde, con la puesta de sol enfrente y la música de los Donkeys sonando (perfecta para vídeos de longboard, descúbranla ya; prueben a mirar las fotos de olas de este post,con la canción de aquí abajo sonando...) estaba completamente relajado y tranquilo, así que no tuve más remedio que asumirlo una vez más: ni surfer ni trabajador ni nada, yo lo que soy es un puto mediometrista mediterráneo y este lugar es a la vez mi destino y mi prisión.





Qué le vamos a hacer... Pasemos el trago con unas fotillos hechas desde la terraza del apartamento en el que estaba en Asturias, aunque intentaré resistir la lastimosa comparación con la vista de la terraza de mi casa de todos los días...




8 comentarios:

BaTuSaO dijo...

Pues que me alegro por ello!!!

Que no eres tan malo surfeando como te crees... que ya te digo yo que yo soy un peor, pero claro... yo soy de la meseta.

Buen, estilo surfeando y escribiendo!!!

Saludos y a seguir así!!

Fredo dijo...

Ya era hora de que volvieras aunque ya nos habias dado esperanzas en Salinas de tu regreso. De todas formas tu has vivido la realidad surfera del que esta "folgau" es decir: desocupado y tiene todo el tiempo del mundo para surfear. Luego está la del que por curro y famili reza a todos los santos para que le cuadre un baño el dia y a la hora que puede irse a la playa. Un abrazu Luis, por cierto ¿al final cayó alguna tabla en alguna surfshop astur? Ya mecontarás.

Manu dijo...

Hola, no nos conocimos en Salinas, quizás el año próximo. Me he pasado un buen rato revisando entradas del blog, ahora mismo añado un enlace al mío.
un saludo

Anónimo dijo...

Vente pa Malaga Luiggi que aqui si que hay olas, que cojones!!! vamos para 5 dias ya.

Y olas, eh? de medio metro parriba, ........... Dios voy a morir, no se dosificarme, soy meditrerraneo

Un abrazo hermanito.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho la canción. Pero no me la pongo yo al volver de una sesión mediocre, porque si encima pillo caravana me da un patatus.

me da qe mañana nos vemos ueee
puça de mar

Anónimo dijo...

Demà més, demà més, demà més...

Seré un poble més cap avall d'on erem aquest matí, per no trobar-me tants novells que després de veure una pél·lícula juguen a ser surferos com... d'aixo... com... bueno, deixem-ho correr.

Llarga-ampla-i-dura.

Constante Desplazamiento dijo...

Molt de gust tornar a llegir coses per açi ; )

Salut!

Anónimo dijo...

contigo aprendí...