MEDIOMETRISMO: SURF EN LA COSTA CENTRAL CATALANA
Un relato gráfico y comentado sobre olas pequeñas, swells escasos y gente que hace del medio metro una forma de vida. Algunos, hasta lo convierten en una forma de expresión personal.
Y es que en realidad, si de lo que se trata es de disfrutar de la vida y el mar... ¿para qué necesitamos más tamaño?
Y es que en realidad, si de lo que se trata es de disfrutar de la vida y el mar... ¿para qué necesitamos más tamaño?
jueves, 14 de agosto de 2008
SURFARING AL FESTIVAL DE LONGBOARD DE SALINAS 08
The lone long; mira que era difícil encontrar un tablón solitario, con 300 por allí.
De vez en cuando, los mediometristas abandonamos nuestros cómodos lares y nos vamos a buscar otras olas. Lo gracioso es que, al menos en mi caso, casi siempre acabo encontrando medio metro, aunque ese medio metro tenga bastante más fuerza y recorrido que el de al lado de mi casa, lo cual ya es un plus.
Si ese surfari es al ya clásico Festival de Longboard de Salinas, en Asturias, el plus ya es definitivo. En Salinas, con tanto tablonero junto, siempre se aprende algo. Este año (hablando de materia surfística, que de materia humana aprendí un montón) la enseñanza básica es que deberíamos dejarnos de tantas tonterías sobre los conocidos temas de debate "el papel de la quilla en el longboard" o "single-fin o tri-fin, estilismo vs. radicalidad". Los cojones, con perdón. Cuando ví lo que hacía Alex Knost -que para eso es un pro, vale- con un tablón de una sóla quilla fija y además de diseño retro, ancha y grandecita, se me quitaron las ganas de comprar más quillas, oiga. El que vale, vale y el que no a echarle la culpa al material... No, en serio, que me alegró bastante ver la gran cantidad de single fins que pululaban por la playa y me alegro también que muchos longboarders vieran que no hace falta surfear como un jubilado en olas de palmo para llevarlas.
Lo gracioso es que precisamente los longboarders ya estaban en su casa...
Aparte de eso, ver surfear a Mitch Abshere, otro semi-pro menos conocido pero de gran nivel, tuvo también su aquel. Si yo no supiera ya que soy malo, lo del primer día hubiera sido una cura de humildad seria: salía del agua después de una sesión de orilleras sin más historia pensando que no valían la pena y que no se podía hacer mucha cosa. En estas que entra el tal Mitch (yo aún no sabía quién era, pero ya se veía por la pinta que el hombre tenía que darle), coge una orillerilla sin más signos de identidad destacables, se la mira, se va hacia la derecha, da un par de pasos... y cuelga los diez dedos de la punta como si estuviera en el pasillo de su casa. Oigan, juro que yo acababa de salir y eso no se podía hacer, seguro que el swell mejoró mucho en los 30 segundos que pasaron entre mi salida y su entrada, es la única explicación... :0)
Remi Arauzo, el ganador, muy clásico no era, pero te quitaba las excusas sobre lo que se puede o no hacer en olas pequeñas y malas, como las que hubo -únicamente- durante la final
En resumen, que este post será corto, porque no habla de surf casero, pero sí tiene que ver: por mucho que veamos deuvedeses y miremos internetes, cuando un mediterráneo de a pie ve un megapro de estos del longboard no puede evitar sentirse como un españolito de los 60 cuando le venían las suecas a Benidorm o Torremolinos; es otro mundo.
Aparte de surf, también había fotógrafos de barcos...
Por lo demás, en Salinas lo de siempre, magníficas olas, un placer ver a gente que voy viendo desde hace años y un placer aún mayor conocer alguna nueva; si todo va normal, volveremos el año próximo, a ver si van bajando el listón de edad de la prueba senior y me aceptan ya...
La tabla de Alex Knost, sin siquiera agujerito para invento y le daba igual si las olas eran grandes, pequeñas, cerronas o tendidas...
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